si tu pestaña me abanica

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Si tu pestaña me abanica y me abres tu ventana antes de que llegue el alba, al caer la noche de otros días, entre otras gentes en mis sentimientos podrás reposar tu alma. Si tus noches son inciertas, y tu verano se torna frío, solo piensa en mí y despistademente dirige tu parpadear hasta donde estoy que no te faltará de ningún tipo de abrigo. Si al llegar el mes de Abril sientes que en tu calendario aterriza el tren que en sus vagones carga algún trago amargo, siguete de paso, ninguna sombra puede caerte por asalto ni obstruir tu compás, ningún canción ningún Abril deben empañar tu paso. Déjame instalarme en medio segundo de tu historia, para besarte hasta la sombra y acariciarte como nunca antes lo an logrado. Deja que tu pestaña sea mi abanico, y mis besos el reloj de una nueva historia, y si no es posible, déjame ser tu risa cuando la soledad te acosa. Si tu tiempo es complaciente y los temores te amenazan, puedes estar tranquila, mis demonios lucharán contra tus fantasmas. Será una lucha sin tregua un va y ven de palabras, las más mudas y más tiernas, las que nunca podrán ser pronunciadas. Si al caer la noche alguna inseguridad en mártires te canta con voz baja, abrázame con tu aliento, confía en ti, en mi, en la lluvia que cae por tus ojos, y no te daré la espada. Dale su tiempo al tiempo y ami solo aguardame entre tus pestañas, que tus fantasías nos abaniquen, y en sentimientos y emociones de color matarlos piel a piel sin preocuparnos por mañana. Si no sientes que nace en ti el aliento, si no tienes para mi un beso, no pidas disculpas, no busques explicación alguna, solo déjame verte como se ve a el ser más hermoso; así como si fuera un cuento de hadas. Déjame recostar mis pensamientos, ahí junto a ti, entre tus sábanas, y ya estando a tu lado entre tus piernas permiteme la entrada. No busco placer de cuerpo, ni busco una entrega profana. Sólo busco robarte un pensamiento y de ser posible besar tu piel cuando tu deseo arde en llamas. Escucharás que mis callados pensamientos a tu oído aturden mientras Morfeo de ti se abraza. Si tu pestaña me abanica, seré precavido y te respirará mi mente y cada uno de tus huesos pedirán que mi saliva a tus caderas quede secuestrada. Cuando sientas mi primer caricia, querrás que ese momento permanezca eterno para desenfrenarte de pasión en una entrega llena de dulce calma. Si tus pensamientos son inquietos y la lluvia de mis versos empapado tienen tu vientre, no temas inseguridad alguna, no siempre las palabras son necesarias. Nada pido, nada exige de tu tiempo mis pensamientos, nada cambiaría de tu alma. Solo aspiro medio segundo de tu tiempo, el abanico de tu pestaña, que me dejes besarte los huesos de tu aliento y penetrarte con lujuria inocente lo más morboso de tu alma. Ya te siento en los labios, ya me erizo con tu nombre, y eyaculan mis dientes al dejarte mis lammidos en los labios que entre tus piernas guardas.

Delirios angelinos y deseos InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora