Delirios angelinos y deseos Infernales

lo más dulce de la hiel

Lo más dulce de la miel que mis labios an probado lo encuentro en lo más profundo de sus aguas.

Esas aguas que humedecen, que me inundan, aguas que al tocar mi lengua me causan estremecer.

Eh pensando que esto no es lo mas cercano a lo correcto, me despierto pensando que deseo lo incorrecto, pero para entonces ya es demasiado tarde, a mis deseos cedí.

Tiene un cuerpo que me excita, que me invita, que provoca y no me puedo resistir.

Tiene en sus labios las palabras más ocultas más impropias, las vulgares, esas palabras no a cualquiera le puedes repetir. Y an sido esas palabras mismas, que me atacan en insomnios, en escritos, en versos iracundos, en besos negros en mis deseos más oscuros.

Su vientre sabe a miel, y si esto es pecado...

Derechito al infierno me encaminó y si sus curvas son el atajo a lo mundano del amor, no me importa tropezar, noche a noche, tiempo a tiempo así quiero seguir.

Que ya sé que me dirán que a esto me enviciado, más ni eso me detiene, pues al saber que soy yo el que provoca el derrame de sus mieles con excitación, gozo y el el estómago estremeciendome los morbos de mi escondida sonrisa saca a relucir.

Judas Nijagh y la hija de Juan Tenorio