Capítulo 9

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Me pase los dos siguientes días tumbada en la cama. Tuve un "déja-vu" muy fuerte cuando me di cuenta de que no me había quitado el pijama en más de 48 horas. Solo unas semanas antes había estado en la misma situación. Pretendía quedarme en la cama mucho más tiempo pero mi madre no tenía los mismos planes para mi.

-Charlotte, es Nochebuena. Baja. Por favor.-No me pude resistir a su tono, casi de súplica. Me levanté de la cama y me recogí el pelo. Bajé perezosa por las escaleras.

-¿Qué quieres, mamá?- Ya no estaba tan enfadada con ella. Después de que me consolara las cosas se pusieron menos tensas.

-Ven a ver una peli conmigo. Me gustaría mucho.-Dijo y yo achiné a los ojos a la vez que la miraba pensándolo. Me devolvió la mirada y no pude decir que no. Tampoco tenía nada mejor que hacer.

-Solo una ¿vale?

Eran las dos de la mañana. Eso de solo una película se había convertido en un maratón. No un maratón cualquiera, no. Nicholas Sparks. El grande de las películas románticas. Me. Encantan. Y vimos unas cuantas. Bueno, muchas. Cartas a Julieta, El viaje más largo, El diario de Noah, La última canción y ahora estábamos viendo Lo mejor de mi.

-Oye mamá-dije bostezando- ¿qué pasó entre tu y papa?-la pregunta salió de mi boca sin pensarlo y en un acto reflejo tapé mis labios con las manos, arrepentida de haberle preguntado eso. No esperaba que respondiese pero lo hizo.

-Simplemente pasó. Las relaciones, a veces, no son para siempre. Cuando dos personas se hacen daño mutuamente y castigan a todo a su alrededor es mejor separarse. Nosotros nos queríamos tanto que no nos dimos cuenta hasta que la situación llegó demasiado lejos. Aún quiero a tu padre, siempre lo querré. Ha sido demasiado para mi como para olvidarlo, pero ya no estoy enamorada de él-eso dolió. Que tu madre te diga que ya no quiere estar con tu padre te hunde.- entiendo que no lo puedas comprender. Sé que algún día me entenderás y, tal vez, ese día me odies un poco menos.-me quedé sin respiración al oírla decir eso. Se me rompió el corazón, otra vez. Ella de verdad creía que yo la odiaba. Es verdad que no la quería mucho últimamente, pero en aquel instante, el nudo que tenía en la garganta cada vez que la veía se fue. Simplemente desapareció y, por fin, la entendí. Entendí que aun sus peleas se resistieran a admitir que algo se había roto, entendí el sacrificio que habían hecho intentando arreglar algo completamente destrozado. La abracé dejando todo el enfado, el rencor, la rabia, todo lo malo atrás. Ella se sorprendió pero enseguida me correspondió el abrazo.

-Mamá, yo no te odio. Nunca te he odiado y no tengo intenciones de hacerlo nunca. Creo que te entiendo, pero tengo miedo ¿qué será de nuestro futuro? ¿Y Sophie? ¿Ella también irá a Canadá? –me la miré y supe con su mirada que mi hermana no iría. Mi hermana. Como la echaba de menos. Al final decidió quedarse en el campus por Navidades y celebrarlas con su nuevo novio. Esperaba que viniera lo más pronto posible. La necesitaba. Estaba a punto de replicar pero antes que pudiera decir nada, ella dijo en un tono suave.

-Nos iremos en Junio y ella se quedará aquí. Viviremos en casa de tu tío, tiene dos habitaciones libres allí. Acabarás el instituto en Canadá y luego, tal vez, volveremos aquí. A tu hermana la verás a menudo, nos vendrá a visitar. Y, hija, respecto a lo que me dijiste el otro día de dejarte disfrutar al máximo el tiempo que te queda me parece bien. Pero tampoco abuses, que te conozco- me sonrió y al ver los planes que ella había hecho tan bien no me pude quejar. Le sonreí. -¿qué ha pasado con tus amigas? –me preguntó después de unos segundos de silencio. No quería responderle pero debía hacerlo. Necesitaba contárselo a alguien.

-¿Sabes el reglamento de amigas que cada año hacemos?

-¿La Tradición?-asentí.

-Pues se acabó, ya no más, adiós a toda una amistad, hasta nunca.

10 COSAS QUE HACER ANTES DE MUDARSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora