Di Que, 'Me Perteneces' (Saber/Arturia&Gilgamesh +18)

[01]

Hoy en la noche sería mi fiesta de compromiso, iba a ser muy modesta y humilde, no me gustaba lo ostentoso, aparte de que mi prometido y yo no eramos justamente gente de dinero como mi Rey Gilgamesh, aun así el que seria mi esposo, era un buen hombre y contaba con la economía necesaria como para haberme regalado un diamante azul, mas conocido como un zafiro. No había querido perder la pequeña libertad que poseía, pues en la época en la que vivía si un hombre llegaba, decía las intenciones y mostraba que tenia algo de plata como para sostener a la mujer que quería, le era concedido la mano de la doncella. No sabía con exactitud como aquel bello hombre, porque debía admitir que era guapo y atrayente, había dado con mi hogar. Yo trabajaba en el palacio y no tenía tiempo para algo más, inclusive había algunas veces que ya era de madrugada y para que no saliera a las peligrosas calles de Babilonia, el rey me dejaba dormir en su castillo y no regresaba a casa en dos o tres días, para cuando regresaba a mi hogar era para solo dormir y desayunar junto a mis padres puesto que trabajar bajo las ordenes del rey era exigente. Aparte de que era muy joven, mi sueño era viajar por el mundo con el dinero que eh estado ahorrando durante los tres años que había trabajado bajo el cargo de mucama de mi rey, pero ahora con tan solo 16 años ya tenia que desposar a un hombre y quedarme encadenada a su lado. Aunque me sentía enaltecida de que un hombre me mirara de forma hermosa y que hubiera visto en mí, algo que en las otras mujeres no vio para haber pedido mi mano.

Entre a la cocina, con la bandeja de comida de mi Rey casi llena, me había dicho que se sentía mal y que no tenía apetito, yo le insistí en comer y es que si alguien hubiera visto esa escena de como le exigía algo a él, lo tomarían como ofensa y deshonor al gran soberano, pero él era así conmigo, teníamos una rara conexión y una relación que para los demás sería mal visto. El se burlaba de mí y yo lo regañaba y regañar a un rey era la mejor forma para que te lincharan vivo. Al final él había ganado, claro era un rey, me había complacido comiendo las tres cucharadas que le había exigido, pero solamente eso y se nego a comer más. Me di por vencida y ahora yo comía el resto de esa comida, no me gustaba que se desperdiciara la comida, el reino de Gilgamesh era rico y abundante, aun así sabia que había gente que no tenían casi nada.

—¿No quiso comer?  —pregunto su mas alto oficial, su mejor y único amigo que poseía el rey.

—Mi señor Enkidu —hice una reverencia —así es mi señor, el Rey no quiso comer y me dijo que se sentía algo mal, que deseaba descansar.

El asintió y me dio la espalda para irse y es que la relación entre el amigo de mi Rey y mi persona era, ¿como explicarlo en simples palabras? Nos odiábamos a muerte, aunque debía tratarlo con respeto y educación, en mis ojos sabia que claramente él podia ver el odio y desprecio que sentía hacía su ser. Así como yo sentía su aura amenazante y altanera hacía mí.
Termine de comer y fui a lavar lo que había ocupado, en ese momento entraron tres sirvientas que eran claramente las que preparaban los alimentos para el rey y cada una de ellas traía alimentos en grandes canastas.

—Saber, que gusto verte por aquí —me dijo la empleada Sakura.

—Un gusto también verlas a ustedes —y es que el castillo eran tan enorme y el rey aveces me distraía de mis tareas y casi no veía a alguien más.

—¿Le gusto su comida al Rey? —me pregunto Medea Caster.

—Se sentía mal y casi ni probo bocado —les explique y ella se decepcionó.

—Oh —hizo un puchero de tristeza —y yo que me había esforzado tanto —ella era la cocinera principal y es que cocinaba tan rico que el mismo rey le ordeno que solo quería que ella cocinara sus platillos.

—Sabes que a él le gustá mucho tu comida, pero a estado algo raro hoy —ella sonrió un poquito y asintió.

—Saber, ¿qué es eso? —me pregunto Assasin, una mujer de buen cuerpo, piel morena y una exuberante cabellera morada. Señalaba mi mano derecha, donde reposaba con elegancia el anillo de compromiso.