Yo también te Odio -Harry Styles-

"Final."

Con tantos problemas en mi cabeza... simplemente no puedo sentirme feliz ni mucho menos ansiosa por el baile de mañana. Esta semana ha sido la más dura hazaña de toda mi existencia, les recuerdo que mi mejor amiga está embarazada y el tipo con el que comparto habitación no quiere verme ni en pintura. Claudia, como siempre, con los ánimos hasta el cielo por bailar con su novio, tres horas atrás me llamó y desde ahí me ha estado hablando lo mucho que está esperando que ya sea el día siguiente. Son las once y media de la noche, y esto me empieza a causar una pizca de aburrimiento.

- Amiga, ya me has dicho eso... tres veces. -le dije con los ojos entrecerrados-

- Perdón, es que sabes que estoy muy... -la interrumpí-

- Nerviosa... lo sé. -hice una pausa- Te diré esto por última vez y me iré a dormir. Mañana será un día perfecto para todos, no tendrás problemas con tu vestido, encontrarás el maquillaje adecuado y Zayn no te dejará plantada. -nombré algunos de los muchos problemas de los que me había estado hablando mi amiga durante estas horas-

- Gracias ____ -sentí su sonrisa a través del teléfono, así es, apuesto lo que sea a que estaba sonriendo- Pero y si...

- Adiós. -alargué la 'o'. Colgué.-

En el momento en el que puse el teléfono sobre la mesa, entró Harry, con el mismo semblante de siempre. Dejó sus cosas al borde de la cama y se tumbó sin decir palabra apagando la pequeña lámpara que se encontraba a su derecha.

...

Sábado. Baile escolar. Lo sé, debería al menos fingir algo de emoción, ¿Les importa si vuelvo a intentarlo? Okay. ¡Sábado! ¡El baile escolar! ¿Qué tal ahora? Ah. Qué más da, sigo sintiéndome la persona más desdichada de todo este planeta.

Me puse mis jeans oscuros rasgados debajo de la rodilla con un top blanco de lo más simple, no estoy de humor para llamar la atención. Bajé con mis converse rojas en los pies y me dirigí a la cocina, saludé a Clara y a Niles los cuales conversaban animadamente en la estancia. Estos dos traman algo. Les dirigí la mirada típica que hacen nuestras amigas al vernos hablar con un chico lindo, no lo nieguen, les ha pasado. A clara se le ruborizaron las mejillas, que tiernos, no hay edad para el amor. Cogí una manzana y salí por la puerta de entrada camino a la casa de Ariana.

- ¡____! -gritó mi pelirroja amiga- ¡Claudia! ¡Ya llegó! -subimos hacia su cuarto donde se encontraba la chica que me mantuvo al teléfono casi toda la noche-

- Ah no, a ti no te hablo. -fingí estar molesta- Mentira amiga, sabes que te amo. -me abrazó-

- Estoy muriendo. -me susurró en el oído-

- Claudia, es un baile y ya. -repliqué-

- Ustedes no lo entenderían. -una pequeña sonrisa se formó en su rostro y me dio el vestido que usaría hoy. Se lo había dado el mismo día que lo compramos ya que ella insistió en querer darle su toque personal-

El simple y sobrio vestido que elegí ese día... pues ya no lo era.

- ¿QUE LE HICISTE? -me miré al espejo- ¡PAREZCO UNA MALDITA PRINCESA!

- Te ves hermosa. -dijo Ariana-

- ¿Por dónde? -la miré seria- Esto es terrible, Claudia, no es que no aprecie tu estilo pero esto es demasiado.

- ____, el vestido era una tela fucsia sin gracia antes que cayera en mis manos. Y lo único que hice fue agregarle algunos detalles.

- Perdóname pero no, no usaré esto hoy.

- ¡OH CLARO QUE LO HARÁS! -dijeron mis dos amigas al unísono. Perfecto.-

Olvidando el tema del vestido, pasamos al maquillaje. Desastre total. No llegaremos a nada con esto.