C A P Í T U L O. D O S

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Después de 7 días, había vuelto al bar. Esta vez descarté la idea de las absurdas citas, definitivamente no eran lo mío. Waves me comentó que el nuevo dueño del bar había decidido hacerlo una vez por semana ya que tuvo bastante éxito la noche de su inauguración. El local llevaba ahí varios años, pero nunca le presté la atención suficiente como para percatarme de que había cambiado de dueño y que ahora tenía un aspecto mucho más acogedor del que había tenido alguna vez. La verdad es que se trataba del típico café en el que te apetece entrar a desconectar después de un largo día en la oficina... y lo bueno es que a partir de cierta hora, se transformaba en un bar de copas lo más animado, con lo cual, al vivir justo en la calle de enfrente, teníamos 2x1.

Lo cierto es que cada vez que pasaba trataba de reunir todo el coraje del que carecía para entrar a sentarme y pedir un simple café con la esperanza de que él estuviera allí sentado, y como dije, así habían pasado 7 días. Sin embargo hoy me sentí obligada a entrar...y no porque consiguiera dicho coraje, sino porque mi queridísima compañera cambió la cerradura de nuestro piso y "por casualidad" olvidó darme la nueva copia. Sin un atisbo de arrepentimiento o culpa me escribió un mensaje diciendo que se encontraría conmigo en el café  "The Hallway". Es decir, en ese café. 

Cuando conseguí entrar, me senté en la barra y pedí un Vanilla latte con un chorrito de Baileys ... después del día que había tenido, era más que merecido.  Se me pasaron los minutos mientras miraba lo acogedor que era ese lugar y en las ganas que tenía de pasar cada tarde allí. Me imaginaba a mí misma entrando en ese café cada tarde de otoño, mientras las hojas caían y me reunía con el chico de los hoyuelos que me recibía con un cariñoso beso en los labios...

-Cómo sigas así no vas a poder disfrutar de tu latte con Baileys.

MIERDA. Era él. 

-¿Perdona?

-Veo que he interrumpido tus pensamientos. Perdona, no era mi intención molestarte.- Sonrío con amabilidad pero gracias a Dios no hizo ningún amago de irse y dejarme sola.

-Sí, supongo que ha sido un día muy largo.

-Dímelo a mí.... Soy Harry, Harry Styles.- me tendió su mano y tuve la oportunidad de ver una pequeña cruz tatuada mientras se la estrechaba. Llamadme loca, pero realmente tenía ganas de darle un beso a ese tatuaje...

-Olivia James.- se hizo un pequeño silencio, pero me atreví a romperlo. Total, no tenía nada que perder. -¿Eres nuevo en la ciudad?

El chico de los hoyuelos sonrió dándole motivos a mis piernas para que perdieran la fuerza que habían tenido en algún  momento de mi vida.

-Encantado, Olivia- Dios, necesitaba grabar como pronunciaba mi nombre y ponerlo como tono de llamada- Sí, llevo poco más de 6 semanas. La apertura del local me ha tenido completamente absorto. 

-Así que eres el nuevo dueño.- Más que hacer una pregunta, lo dí por hecho. Muy bien Livie, muy bien.

-Más que el nuevo dueño soy el pringado al que su hermana le alquila el local para que haga algo productivo con su vida. Demasiada información, ¿verdad?. -sonrío avergonzado. ¿Podía ser más mono? Si, por supuesto que podía...

-No, no te creas. Eres cercano, te traerá clientela fija. De eso estoy segura.- Estoy segura que mi intento de sonrisa quedó precisamente en eso, en un intento. 

-Bueno Olivia... y ¿qué te parece el sitio?, ¿volverías?

-Sí. Sin pensármelo. - De repente he perdido mi capacidad de hacer dos cosas a la vez. En estos momentos no soy capaz de tomarme el latte y mirarlo a él sin tirarme mi bebida encima. 

-¿Te veré en la próxima sesión de citas rápidas?.- ya estaba tardando en salir a la luz el tema de las citas...

-Ni de broma -dije avergonzada- si me ves será después del trabajo y como mucho algún que otro viernes por la noche.. pero no pienso repetir las citas rápidas en mi vida. 

- El profe sustituto no era de tu estilo, ¿no?

-¿Qué?, ¿cómo sabías eso?. Espera...entonces ¿si era sustituto?

- Ni idea - rió al ver que compartíamos teoría. - Pero en mi último año de instituto tuve a uno que era exactamente como él. 

-Madre mía...la verdad es que la situación era penosa.

-Entonces - dijo mirando el reloj, parecía tener prisa- ¿Volveré a verte por aquí o tendré que pedirte tu número de teléfono?

Haciendo alarde de mi estupidez no se me ocurrió decir otra cosa que decir - Me verás por aquí- A lo que él me respondió con una sonrisa mientras se levantaba de la butaca que estaba a mi lado. ¿Cómo coño iba a responderle semejante estupidez?, ¿a caso estaba loca? 

Tras quedarme sola estuve dándole vueltas a la cabeza, mientras esperaba por Waves, que llegaba unos 35 minutos tarde..., caí en la cuenta que el día de las citas había recibido una nota firmada por E, sin embargo este chico se llamaba Harry... y yo estaba prácticamente segura de que él era el autor de aquella nota escrita en servilleta... ¿quién sería entonces? 


Dos horas después ya estaba en mi habitación, me había dado una larga ducha y me disponía a dormir, no sin antes releer una vez más la nota de E. ¿Por qué no podía ser él quién la mandó? Estaba decidida a descubrir quién era, así que me vería obligada a volver al café día tras día hasta conocer a E. 


El chico de los hoyuelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora