Capítulo 14: Una pesadilla.

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Llegaba la hora de ponerse en acción. Aún en el laboratorio de Akari, Yui llamó rápidamente por teléfono a Himawari, la jefa del Departamento de Dimensiones, y le comentó sus conclusiones. Himawari, quien se sorprendía cada vez más, preguntaba una y otra vez si tenían localizada a Ikeda Chizuru para establecer una orden de arresto contra ella de inmediato.

—No sabemos nada de ella aún, pero ella tampoco sabe que nos hemos traído a Kyoko de la D21A para hacerle un chequeo aquí, en el laboratorio —explicaba Yui—. Puede que la esté buscando para intervenirle de nuevo con una cápsula de repetición.

—¿Qué hay del re-cálculo? —dijo Himawari—. ¿Sabe ya Akaza-san la información que está transmitiendo la conexión de la dimensión 21A?

—Está en ello. No tardará en darnos noticias.

—De acuerdo. Mantenedme informada, por favor. Y suerte.

—Gracias, Furutani-san.

Aparte de Yui, cuatro personas más se encontraban en aquel laboratorio. Akari, quien seguía trabajando sin descanso para re-calcular la conexión y averiguar qué acontecimientos podrían venir tal y como estaba la situación. Kyoko, quien volvió a la camilla para seguir descansando. A su lado, Ayano, la cual no quería separarse de ella, pero que no dudaría en hacerlo cuando las agentes decidieran darle caza a Chizuru. Por último, su compañera de patrulla, Chitose, quien se mantenía en silencio después de la confusión de saber que su hermana podría ser la culpable de todo.

—Chitose, ¿estás segura? —le preguntó Yui.

—Es mi hermana, Funami-san. Tengo que ir —respondió ésta.

—Está bien. Creo que será mejor que dejemos a Kyoko aquí descansando. Volveremos por ella cuando todo haya terminado.

—¿Entonces... yo puedo ir? —preguntó Ayano.

—Por mucho que te lo prohibiera acabarías viniendo, ¿verdad? —dijo Yui.

Ayano asintió sin dudarlo.

—Tened mucho cuidado, Yui-chan —dijo Akari.

—No hay misión que la mejor patrulla del Departamento de Dimensiones del Ministerio del Interior no pueda cumplir, Akari —contestó Yui—. Regresaremos sanas y salvas.

Chitose se mostró firme y salió de aquella estancia la primera, seguida poco después por Yui y Ayano. En el laboratorio solo quedaron Kyoko, tratando de relajarse en aquella camilla donde permaneció tumbada, y Akari, que seguía trabajando para poder aportar algo de luz al camino que podía presentarse en las próximas horas.

—Akari... ¿crees que lo conseguirán? —rompió Kyoko el silencio con una pregunta que Akari preferiría no haberse planteado en aquel momento.

—Claro que sí, Kyoko-chan... Ya verás como todo se arregla —respondió con cautela—. ¿Cómo te encuentras? ¿Te duele menos la cabeza?

—Sí, estoy mejor. Aunque...

—¿Qué ocurre? —se interesó la pelirroja.

—Echo de menos a Saki-chan... —dijo, mostrando cierta nostalgia en sus palabras.

Akari se compadeció de su amiga al oír aquello y abandonó su puesto de trabajo para posicionarse junto a la camilla que Kyoko ocupaba y tomar su mano. Akari sentía que ese dolor de perder a una hija no debía ser para una chica de tan solo 14 años.

—Siento que te hayas visto involucrada en esto, Kyoko-chan...

—Ya me lo compensarás con algo de ron con pasas —contestó la chica rubia, con una sonrisa—. No te preocupes, no es culpa vuestra.

Yuru Yuri DimensiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora