Estábamos sentados en la gran mesa. Estaba sentada a la izquierda de Shawn, mientras que el estaba a la izquierda de su tio que se encontraba en la punta de la mesa como todo señor de la casa; su tia estaba del otro lado, frente a Shawn. Estábamos acabando el postre mientras teníamos una conversación sobre las construcciones que se habían hecho en el pueblo. Un muy buen tema para tener con dos adolescentes.
- Y dime __________, en donde estudias? – pregunto John que me había dejado llamarlo asi cuando me referí a el como “señor”.
- En Santa Barbara. – conteste.
- Oh, es un buen colegio. Es el que te mencione, Shawn. – lo apunto con la cuchara.
Shawn me regalo una sonrisa y miro a John.
- Me gustaría estar en el. – le dijo.
- Esperaba inscribirte.
- Bueno, tienes mi aprobación.
Pero algo me decía que nunca se la pidió y que le gustara o no, la palabra de John estaba antes de la de él.
- Donde trabaja tu padre, _______, sí no es mucha indiscreción.
Me quede paralizada en cuanto escuche la pregunta. Mire mi plato y deje la cuchara. Toque un poco mi cabello sin subir la mirada. Hacia mucho tiempo nadie me preguntaba sobre él, nadie lo mencionaba.
- Linda, pasa algo? – preguntó Angela.
La mire con lagrimas juntándose en mis ojos. Respire hondo y me trague las lagrimas antes de contestar.
- No es nada. – le regale una sonrisa para hacerle saber que estaba bien y mire a John. – Mi padre murió hace cinco años.
De repente hubo un silencio total en el lugar. Angela miro hacia otro lado y John me miro como si midiera mi reacción, no parecía sorprendido; Shawn me miro un segundo, sonrió un poco y tomo mi mano por debajo de la mesa. Ese pequeño gesto me devolvió las ganas de llorar. Recordé el funeral de papá; el como todos tomaban mi mano y me abrazaban diciendo que lo sentían. Sigo sin saber porque lo hacían.
- Lo siento mucho. – dijo John con disculpa en su voz pero sus ojos no reflejaban lo mismo.
- No, esta bien. Ya paso tiempo. – murmure y fingí una pequeña sonrisa. – Pero mi madre es enfermera en el hospital general.
- Me lo dijo cuando nos presentamos. – su voz seguía neutra como si siguiera estudiándome.
- Bien, recogeré los platos. – dijo Angela interrumpiendo el momento y levantándose con su plato en la mano.
Despues de cenar, Shawn se ofreció a mostrarme el jardín cuando me vio observando las rosas desde la ventana de la sala. Era un enorme y hermoso jardín iluminado por luces blancas enredadas en los arboles y que envolvían los arbustos. Había flores de todo tipo, desde rosas hasta gardenias.
- Mi tia ama las flores. Ella misma las planto.
- Son hermosas.
- ____________, porque nunca me dijiste lo de tu padre? – me pregunto de repente.
- Bueno, no es como si hubiéramos tenido mucho tiempo de conocernos ni mucho menos de hablar.
Se quedo callado mirando el piso mientras caminábamos. Tenía las manos en las bolsas y parecía pensativo. Mire hacia el cielo y sonreí ligeramente al mirar lo despejado que estaba dejando ver lo lleno que estaba de estrellas.
- Lo extrañas? – murmuro.
- Em… si, un poco. – conteste de igual forma.
- Un poco? – me miro con las cejas levantadas y una pequeña sonrisa.
- Muchísimo.
Dejamos de caminar y nos dedicamos a ver el cielo sin decir nada. Lo sentí mirarme haciéndome mirarlo. Sonrió como sí hubiera recordado algo gracioso.
- Que? – reí con él aun sin saber que era lo que ocurria.
- Nada, es solo que te vez hermosa. – dejo de reir.
- Y eso es gracioso? – pregunte aun divertida.
- No, solo que realmente me alegra tenerte aquí.
Me sonroje al instante y me gire hacia a otro lado tratando de que no lo notara. Lo escuche reír. Okey, lo noto.
Tomo mi mano girándome hacia el. Estaba lo muy cerca de mi haciéndome tambalear. Respingue y puse mis manos en sus hombros por instinto.
- hey! – murmuro y me tomo de la cintura.
- Lo siento. – dije mirándolo a los ojos.
- Esta bien. – contesto.
Pero no nos separamos, nos quedamos así, solo viéndonos a los ojos. Empezó a acercarse a mi y empecé a hacerlo de igual manera, cerre mis ojos y de repente, sonó mi tono de llamada. Nos separamos al instante.
Suspire y conteste sin siquiera ver quien era.
- Si?
- Hija…
Resople sin esconder mi fastidio. Amo a mamá pero no en estos momentos. Respire profundo tratando de no sonar molesta.
- Que pasa, mamá?
- A que hora llegaras?
Volví a resoplar.
- Ya no tardo.
- Bien, cuidate.
- Lo hare.
Colgué y me gire hacia Shawn. Me disculpe con la mirada, él me respondió con una sonrisa tranquila que decía “esta bien”.
- Quieres que te lleve? – preguntó casi desanimado.
- No quiero irme pero mamá ama mandarme mensajes subliminales con llamadas como esta.
Rió y asintió.
- Entonces, creo que debería llevarte ya.