21. Traumas

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—Este lugar apesta...

—Bueno, ¿no esperabas una fiesta de té, o sí? —pregunté con tono sarcástico, pero Fred se encogió de hombros con simpleza y seguimos adentrándonos en aquélla fiesta.

Olía a todo menos a limpio en ese lugar, alcohol por todas partes, mujeres bailando en escasa ropa, adolescentes haciendo locuras...

Definitivamente este no era mi estilo, debo admitir que preferiría estar en casa viendo una película con palomitas bañadas en mantequilla. Eso... Sería grandioso.

—Hey, ____, despierta —dijo Fred, agitó una mano frente a mis ojos haciéndome parpadear varias veces para volver en sí.

—Lo siento —me disculpe—.  Encontremos a los chicos, deberían de estar aquí en algún lado.

—¿Qué? ¿En serio tenemos qué buscarlos? —preguntó Fred con pereza—No creo que al tal Freddy le guste la nueva noticia de que su doble de otro mundo está aquí.

—Springtrap ya lo sabe, dudo mucho que no le haya contado semejante cosa a Freddy... Así que podremos lidiar con eso, Fred.

Él soltó un suspiro cansado, para después encaminarnos a la barra.

Todos, o al menos la mayoría observaban a Fred, pero sus miradas sobre él no permanecían mucho tiempo. Al parecer esta gente ya tomaba demasiado normal ver a alguien con la apariencia de Fred.

Pasaron varios minutos y en ningún momento logré ver a Joy, Freddy o algún otro conocido por algún otro lado. Era demasiado raro, porque a pesar de que había mucha gente, era un lugar algo pequeño.

—Fred, iré a buscarlos —le avisé—. Ya vuelvo.

—Pero... Ya pasó casi una hora —se quejo—. No creo que hayan venido, _____.

Permanecí en silencio, Fred tenía razón, pero a la vez no podía irme sin buscarlos sólo una vez más. Con eso bastaba.

—Sólo déjame buscarlos una vez más, después podremos irnos —supliqué —. Si quieres podemos salir a algún otro lugar, Fred.

Él permaneció en silencio pensando, achino sus ojos y después soltó un suspiro lento asintiendo y cediendo ante mi irritante insistencia.

—Te espero aquí. No tardes mucho.

Asentí retirándome, comencé a caminar entre la multitud, chocando y tropezando varias veces debido a tanta gente que se encontraba en el lugar. Cuando me di casi por vencida, entre al baño de mujeres, me agache y revisando cada uno de los baños, pude ver si alguien se encontraba dentro de alguno, pero, no había ninguna otra mujer aparte de mí.

Escuché como abrían la puerta del baño, el chirrido de esta, me hizo voltear con la esperanza de que fuera Joy. Pero no fue así.

—Oh, así que este es el baño de mujeres —pronunció divertido.

Una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro y en ese momento, lo primero que pasó por mi mente fue correr hasta la puerta y salir de ahí. Cuando lo hice, e intente repetidas veces, la puerta seguía sin abrirse, estaba trabada, y yo atrapada con Spring.

Me rendí pegándome lo más que pude a la puerta, mientras él se recargaba en los lavabos, con sus codos sobre ellos y una simple sonrisa triunfante.

—¿Qué diablos haces aquí...? —pregunté temblorosa— Debes irte.

—Debo, sí... Pero no lo deseó.

—Ya basta, Spring, déjame salir de aquí —pedí, volví a dar vueltas a la perilla con desesperación, pero estas seguían trabadas.

Spring se acercó a mí dejándome acorralada contra la puerta, cuando trate de alejarme, sentí sus brazos sobre mí deteniendo cualquier tipo de movimiento de mí parte.

—Esto me recuerda tanto a la última vez que nos vimos...

—Sólo quiero que me dejes ir, por favor... Ya basta —supliqué, mis ojos se humedecieron y mis labios comenzaron a temblar debido al miedo y debilidad que estaba sintiendo en ese momento. Sentía que caería en cualquier momento al suelo, si Spring no me estuviera sosteniendo seguramente lo haría. Mis piernas me estaban fallando y mi voz se quebrantaba mucho antes de poder salir.

—Eres ridículamente adorable. Pero... ¿Recuerdas lo que prometí la última vez que nos vimos? ¿Recuerdas el miedo que sentías? Pues, el de hoy es mucho más excitante.

Cerré mis ojos fuertemente evitando derramar alguna lágrima. Ninguna de las visitas anteriores de Spring me hicieron sentir tanto miedo como la del día de hoy. Esta vez presentía tantas cosas, tantas cosas malas.

Spring me obligó a verlo a los ojos, su mano movió delicadamente mi mentón, observándome con lujuria y simple superioridad.

Planto sus labios con los míos, pero yo no correspondí aquél beso, sólo podía sentir como el trataba de hacerlo sólo y con desesperación.

En ese momento, pensé en Fred... En que él vendría por mí.

Pero con cada segundo que pasaba sentía que eso no sucedería. Spring enrolló mis piernas en su cadera, cuando trataba de alejarme, él volvía a sujetarme con mayor fuerza. Y yo estaba tan temblorosa qué sentía desfallecer en cualquier momento.

Con una mano, bajo un poco su pantalón, al igual que mi ropa interior y mis jeans, sentí tanto miedo. Como si volviera al pasado en el que mi padre y Nahel me hacían sufrir tanto. En el que yo simplemente no tenía voz y fuerza. Justo ahora, lo estaba experimentando nuevamente.

Solté un quejido de dolor, al sentir su primera y profunda embestida, su respiración estaba agitada mientras yo aún trataba de liberarme, sin embargo, eso no ayudaba mucho. Hacía que doliera más.

Con cada movimiento, caricia, beso, me sentía más asquerosa. Y sin embargo, lo único que podía hacer era llorar en su maldito hombro, quejándome y gimiendo de sólo dolor y asco que estaba sintiendo, el poco placer que se podía sentir, lo esfumaba yo de inmediato. Cuando llegó al clímax, lo único que pude sentir fue alivió, y escuchar los jadeos salir de sus labios. Acarició mi torso y muslo para después retirar un mechón de cabello pegado en mi frente debido al sudor frió que estaba saliendo, sin embargo, se acercó a mí y me susurró en el oído;

—Eres... Magnifica, ____.

Narra: Fred

Ya habían pasado treinta minutos. Suficiente tiempo, más del que deseaba quedarme desde un principio. En realidad, sólo lo había hecho por ella, asistir a esta fiesta como amigos, buscar a ese Freddy y Joy, pasar un rato incomodo con ellos. No, gracias.

Pero, cuando se trataba de ella no podía evitar seguirla de inmediato. Ella simplemente me seguía haciendo sentir cosas.

En cuanto me levanté de la silla de la barra, para ir a buscarla, observé a la pequeña chica venir ya hacia mí con una mirada cabizbaja y una línea recta en sus labios... En sus ojos ya ni siquiera estaba aquél brillo de hace pocos minutos. Se abrazaba a sí misma, como si se estuviera cubriendo, o tuviera frío.

—¿Los encontraste? -—pregunté.

Ella negó con su cabeza y comenzó a caminar a la salida, yo la seguí confundido. Cuando salimos del lugar y nos alejamos de aquélla fiesta, lo único que podía escuchar eran nuestros pasos y un silencio incómodo, al menos para mí.

—¿Estás bien? —me atreví a preguntar nuevamente.

—Sí —respondió simple, me dedicó una sonrisa... Algo falsa. Y siguió caminando.

—¿Quieres salir a algún otro lugar? Dijiste que podríamos... Al menos que quieras.

—N-no... Sólo quiero dormir, Fred. Estoy cansada —dijo, y yo asentí aún confundido por su actitud.

Pero algo le ocurría...

Mi Chica {Fred & Tú} EDITANDO #O2 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora