❥Capítulo|8

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Aprovechando que Hoya había accedido a salir nuevamente de compras en tren de volver con ALGO en las manos (y no como la última vez) para que las porciones alcanzasen, SungGyu huyó a la cocina con WooHyun, arrastrándolo al cajón de cubiertos.

—Presta muchísima atención —dijo lentamente, levantando las cosas a medida que las nombraba—. Tenedor, pincha cosas para agarrarlas mejor —Namu asintió, repitiendo—. Cuchillo, corta la comida en pedazos más pequeños —misma respuesta—. Cuchara, retiene líquidos y arroz. 

—¿Los cositos blancos? 

—Exacto.

—Bien. 

—¿Seguro? ¿Recuerdas todo? 

—Comí ramen, hace tiempo. Me manejo mejor con los palillos. 

—Genial, ahora ayúdame a poner la mesa mientras repasamos. 

Memorizando qué corno era un vaso, una jarra, un plato hondo y demás, Namu fue acomodándolo todo mientras SungGyu traía la olla con la comida, usando guantes terriblemente grandes y bañados en flores amarillas. 

—¿Y eso? 

—¿Esto? Son guantes —explicó. 

—Eso ya lo sé, me refiero a las flores —señaló, sonriente—. Flores es de nena. Y tú no eres nena, que yo sepa. 

—¡M... era el más barato! 

—¿Cuánto puede llegar a salir un guante? —rió. 

—¡Tú qué sabes, eres un... un...  —puchereó, sonrojado—. ¡Eres un chucho, un perro! 

Silencio, justo cuando SungGyu temía haber sido demasiado grosero, WooHyun se paró detrás de él y pegó sus labios a su oreja. 

—...Woof —ladró en un susurro, dándole al más bajo escalofríos—. Mírate, le temes a un chucho. 

Camino a la otra punta de la mesa, Namu sintió un leve tirón en la remera; se giró para ver a SungGyu cabizbajo y pegándose a él. 

—No irás a dejarme solo otra vez, ¿No? —suspiró, triste—. No sería justo que te escapases de nuevo. 

—¿Me extrañaste? —involuntariamente le acarició los antebrazos con delicadeza, cuidándose de no rasguñar; SungGyu asintió con vergüenza— ¿Lloraste cuando me fui? —Otro asentimiento, el de cabellos cenizas se sintió terrible—. Ven aquí —y envolviéndolo con sus brazos, hundió la nariz en su pelo—. Lo siento. 

—¿Por qué actuaste así de... —inspiró con fuerza, temía meter la pata— raro y atemorizante, y por qué regresaste a pesar de lo que me dijiste? 

Namu cerró los ojos, buscando las palabras. 

—Me fue... difícil estar contigo anoche —confesó—. Verás, desde que los lobos nos camuflamos para parecernos a ustedes, vivimos alertas a cualquier amenaza posible, a cualquier elemento que pueda alterar el orden de la paz que logramos establecer en el grupo —Recitaba las palabras de JaeJoong Mama con precisión y decisión, si lo hubiese visto hubiese estado más que orgulloso—. Por ende, cualquier oportunidad en la que nos veamos con ventaja para atacar, sirve. Sean los atacados culpables o inocentes. Y tú temías, SungGyu, eras el pánico en persona...me incitabas a... a... 

SungGyu levantó la cabeza, asustado. 

—No importa —se interrumpió, tomándole de la cabeza y hundiéndolo de vuelta en su pecho—. Ahora sólo importa que el tenedor pincha cosas para agarrarlas mejor, el cuchillo corta la comida en pedazos más pequeños y la cuchara retiene líquidos y arroz —al escuchar la risa de SungGyu, sonrió—. Y que el jugo se toma, no se chupa a lametazos. 

❥BONES: Wolf & Beauty | ➳[WooGyu~MultiShipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora