❥Capítulo|7

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Corría, saltaba y se hundía en la nieve. Mordía cariñosamente, se dejaba morder, mostraba los dientes y arrugaba el hocico imitando a su padre, erizando los pelos del lomo y atrapando la tierra suelta entre sus garras. Sus hermanos lo imitaban, empezaba la pelea.

Después, cuando ya el Sol bajaba, sabían que debían volver donde sus madres y esconderse entre las piedras o debajo de las raíces salidas de algún árbol. Si no había lugar, había que moverse hasta las regiones más montañosas, ahí encontrarían con suerte alguna cueva desierta y alejada de todo. 

Y en efecto, todas las noches, sin falta, sonaban los disparos, esas atronadoras bombas que rebotaban con su eco entre los árboles y se elevaban al cielo y hasta la montaña, haciéndoles saber que, como todas las noches, debían guardar silencio y no moverse. Y muchísimo menos llorar por aquel al que hubieran atrapado 

—¿D...Duizhang? 

Volvió a la Tierra, parpadeando frenéticamente y tratando de enfocar el cuarto oscuro apenas iluminado por los destellos de Sol que se colaban de entre los postigos. Tardó en escuchar los quejidos de MyungSoo bajo su violento agarre, hundiendo las uñas en la carne de su mandíbula; entorpecido por la situación, soltó de repente y levantó la mano en señal de disculpa, el morocho sólo se limitó a tocarse la zona herida y sonreír con dolor. 

—Me voy —tartamudeó con los ojos aún rojizos del llanto, no había podido ocultarlo—. Gracias por... emh... gracias. 

Y se levantó, marchando a paso vivo y esquivando a SungJong, que miraba preocupado desde el marco de la puerta. Aparentemente el tiempo había transcurrido demasiado rápido mientras su mente volaba a aquellos días que parecían ajenos, de otro mundo, bañados en un humo de "imposible volver", "imposible cambiar", como él siempre lo decía. 

—¿Estás bien? —preguntó por lo bajo, acercándose para sentarse en la cama—. Te veías ido, pero frustrado. ¿Estabas recordando, de nuevo? —le buscó la mano que había usado con demasiada fuerza en el morocho, acariciándola con cuidado. 

—No es nada —tosió—. Es normal, siempre pasa. Lo bueno es que sé interpretarlo como un recuerdo, nada más —mintió—. No se puede cambiar, ahora sólo hay que ir para adelante. 

—¿Matando gente? —le retó en un hilo de voz. 

Genial, otra vez a pelear. 

—SeongJong, ojo por ojo, diente por diente. 

—Nunca soportarán una venganza, siempre vendrán por más. SeongYeol —se acomodó, alejándose—. Por querer quedar "a mano" estás poniendo al grupo en peligro. Y no sabemos con certeza si hay muchos más lobos además de nosotros rondando por ahí. 

—Justamente. Le mostraremos que siendo pocos podemos acabar con todos —refutó, orgulloso—. Uknow ya se está encargando de eso. 

—¿¡Tú lo mandas a matar humanos!? —exclamó, golpeando el colchón con las palmas— ¡Mira si lo descubren! ¡¡Estás jugando con la vida de tu consentido!! 

—Sabe cómo camuflarse, sabe cómo asesinar, dónde y de qué manera esconderse —le explicó, levantando el tono de voz. 

Los gritos de discusión se oían por culpa de la puerta abierta, los demás lobos miraron extrañados e intercambiaron miradas entre sí. Ren buscó ayuda con los ojos en JR, que negaba con disgusto. JiYong y SeungHyun se bajaron del árbol, atentos a los ruidos, el más bajo instintivamente escondiéndose en el pecho del menor. Namu miró a MyungSoo, que se pasaba la mano por los ojos en un intento por aclarar su vista; JaeJoong fijó su vista en Uknow, sentado en el sillón y con los ojos abiertos, suspirando. 

❥BONES: Wolf & Beauty | ➳[WooGyu~MultiShipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora