-Todo va según lo planeado, Patriarca -dijo un hombre de voz gruesa calmada, cuyos cabellos eran blancos y sus ojos rojos escarlata.
-Sí, después de todo necesitamos saber las capacidades de Kale -replica el Patriarca con una sonrisa de oreja a oreja. El Patriarca tenía un collar en forma de la cabeza de una calavera con los ojos brillando en un morado intenso.
Ambos estaban sentados delante del otro en un salón, una mesa dividiéndolos el uno del otro. Sobre esa mesa había un libro empastado en cuero, además había dos tazas con té y una tetera.
-Me parece curioso todo esto -comenta el Patriarca, mientras daba un sorbo a su taza de té.
-¿Curioso en qué sentido? -inquiere el hombre de cabellos blancos, mientras daba también un sorbo a su taza.
-Doy la orden de atacar mi propia aldea, de asesinar a mi gente -responde el Patriarca, dando otro sorbo a su taza-. Si los elfos se enteraran, no, si las Aldeas se enteraran me darían como mínimo la muerte.
-Recuerda que todo es por una causa mayor que nuestras propios vidas -replica el hombre de cabellos blancos.
-Ya se te olvido, ¿verdad? -inquiere el Patriarca, con una ceja curva.
-¿Qué cosa? -pregunta el hombre de cabellos blancos, deteniendo el sorbo que le iba a dar a su taza.
-La Jerarquía Divina esta detrás de él, Vlad -responde el Patriarca, dando nuevamente un sorbo a su taza-. Después de tod...
-Lo sé y eso me emociona -interrumpe Vlad, el hombre de cabellos blancos, mientras daba un largo sorbo para beber todo el té en su taza.
-¿Te emociona? Vaya que estas enfermo -replica el Patriarca, dando el último sorbo a su taza-. ¿Más? -preguntó mientras se servía más té.
-No. Tengo cosas que hacer en el Averno -inquiere Vlad, parándose del sillón en dónde se encontraba-. Además, debes dar la cara a "tu gente" para calmarlos del ataque.
-Tienes razón por ese lado, aunque lo de "mi gente" te equivocas -el Patriarca se paró igualmente para despedir a Vlad. Sin embargo, este se transformó en un cuervo con plumas rojo sangre en lugar de negras.
Vlad graznó como señal de que el Patriarca le abriera una ventana. El Patriarca hizo eso, se acercó a una ventana y la abrió. Vlad salió de ahí graznando mientras volaba hasta dónde fuera que dirigiera.
****
Pasaron un par de horas después de todo el combate por defender la Aldea Alf. Kale escuchó de boca de unos centauros, que fueron en su ayuda, que su aldea, Jontem, fue igualmente masacrada. Además de haber sido atacadas las de las hadas y otra aldea de elfos.
Kale estaba en la enfermería esperando que Demise despertará del ataque en la cabeza que se había llevado por salvarlo a él. Aunque ella no era la única inconsciente que estaba en la enfermería, solo estaban él y otros dos elfos. "De no haber sido por mí, tal vez...", Kale fue interrumpido mentalmente por una voz.
-Vaya que eres imbécil, muchacho.
-¿Quién fue? -pregunta Kale, parándose de golpe.
En ese momento de la nada apareció un hombre de edad mediana. Tenía una pequeña barba castaña como su cabellera. Tenía los ojos extraños, parecidos a los del elfo que se encontró antes de ser atacados por los dracoveelo, las criaturas que los atacaron; la iris era dorada y alrededor de ella era verde azulado.
Su vestimenta era parecida a la de un cazador. Un abrigo de cuero marrón abierto, además de una camisa de lana negra bajo el abrigo. También tenía unos pantalones de lana blanca, y unas botas negras.
ESTÁS LEYENDO
El Legado Divino #PHAWARDS
FantasyEn Zaderia, una enorme isla que se encuentra en medio del océano de Eatrat, viven multitud de seres mágicos y deidades que cambian como lo hacen sus habitantes. Dos jóvenes viven ahí, uno con extraña marca en su brazo derecho y sin un solo recuerdo...