Capítulo 2: Mi Nido

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Esta historia no me pertenece, todos los derechos son para Airdalll.

(Personas hablando).

(Bijuus/Invocaciones hablando).

(Pensamientos de las personas).

(Pensamientos de los Bijuus/Invocaciones).

No soy dueño de Naruto o otros personajes de anime usados en mi historia.

Valle Yonkaze

Naruto cayo sobre su culo después de reaparecer en una nube de humo en el reino de las invocaciones. Se tomo un momento para orientarse después de su pequeño viaje entre dimensiones antes de centrarse en su entorno. El pelirrojo estaba en un bosque rodeado de niebla que le daba un cierto aire de misterio, pero también de miedo.

El niño tuerto estaba eufórico, había funcionado, estaba libre al fin de ese infierno. Estaba tan feliz que se hubiera puesto a saltar sino fuera por que estaba un poco preocupado y temeroso por el lugar. Un niño, solo, en un bosque, rodeado de niebla. No era el lugar mas indicado para ponerse a gritar de alegría sobretodo si cabía la posibilidad de atraer alguna presencia hostil. Despejo esas ideas preocupantes y decidió hablar con el zorro

Kurama-nii ha funcionado, realmente lo he conseguido!-.

-Si cachorro, al parecer formas parte de ese selecto grupo de personas con una afinidad a una convocatoria, enhorabuena-. le dijo mientras mentalmente manda una rápida oración de gracias a su difunto creador. -Ahora tenemos que encontrar el clan que vive por aquí, intenta detectar alguna presencia cercana-.

El pelirrojo asintió y intento percibir alguna emoción cercana. Incluso si solo tenia 6 años podía detectar las emociones básicas en un radio de 200 metros a su alrededor y era solo eso cuando el compañero en su interior no le ayudaba. Aun a pesar de ello no logro percibir nada. Viendo esto, el zorro en su interior decidió canalizar su poder para extender el rango de detección. Después de 2 minutos, ambos empezaron a preocuparse, temiendo que algo pudiera haber salido mal hasta que percibieron un atisbo de felicidad justo detrás del niño. Dicho sentimiento parecía venir de muy lejos por lo que empezó a correr a toda prisa, su curiosidad sacando lo mejor de el.

Estuvo corriendo durante 10 minutos sin descanso mientras la niebla fue despejándose poco a poco a cada paso hasta que vio un entraño puente que pasaba por encima de un rio. Naruto lo cruzo sin dudarlo y al final de este encontró una enorme puerta Torii por la que pasaba la luz del sol. Cruzando la construcción de madera y dejando al fin la niebla tras él, se paro en seco temeroso de la belleza del lugar mientras el viento soplaba con fuerza sobre su cara.

Un valle, un enorme valle flanqueado a ambos lados por altas montañas y formaciones rocosas con pequeñas cascadas que caen abajo en los ríos por debajo de una fina capa de nubes o la fina niebla que flota a través del valle dando un aire de misterio y magia a su alrededor con unos hermosos arboles sakura balanceándose.

Naruto permitió unos momentos para grabar a fuego la vista impresionante en su memoria. Pero su ojos pronto captaron una figura desconocida en el cielo que se acercaba hacia él. Estaba demasiado como para distinguir su forma pero no iba a arriesgarse a un ataque por lo que se mantuvo alerta.

El ser desconocido aterrizo delante del niño curioso y este pudo al fin verlo con claridad. Era una mujer, una de las mujeres mas bellas que había visto en su vida vestida con un kimono negro ceñido que mostraba con claridad su increíble figura con un obi rojo y con unas sandalias de madera y calcetines tabi en los pies. Su largo pelo negro atado en una cola de caballo baja con una cinta roja, sus ojos de color rojo y su hermosa sonrisa le daban un aire sensual que abría vuelto loco de lujuria a cualquier hombre. Pero lo que realmente le sorprendió al niño fue ver dos enormes alas negras detrás de su espalda dando un aire mágico a su alrededor que cautivo al pequeño niño.

Kumo no Dokugan YokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora