Capítulo 2: La misión del retorno Parte 1.

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Habíamos llegado a Egipto en la hermosa África, un lugar olvidado por los países del primer hasta tercer mundo, estos países para los demás eran lugares donde la gente ¨inferior¨ (Económicamente) vivía, donde las balaceras eran pan de cada día (Como si México no fuera así), lugar de corrupción (México también), terrorismo, rebeldes, etc.

Toda África era igual para todos, ahora que estaba en Egipto, un lugar ya más que erradicado por la infección, me tocaba ir a buscar a un escuadrón extraviado, no quería ir puesto que me daba mucha flojera, pero me obligaron.

Veía a lo lejos esa ciudad, el Sahara, una ciudad tan famosa y tan hermosa, una piedra en bruto por su riqueza en todo, menos agua claro... y lluvia... Etc...

Un hermoso infierno que a la vez es el cielo por todo... Me bajaron a mí y mi escuadrón (El escuadrón Lobo) hacia un palacio, ahí debíamos entrar y buscar al escuadrón, el helicóptero se fue, tenías a lo mucho 7 horas para encontrar a ese escuadrón, estuvimos corriendo por todos lados buscando... Detallare que fue lo que paso.

-¡Coronel!

Dijo Gregorio uno de los de mi escuadrón, era un chico muy brillante pero muy despistado en lo que a mi concierne, un buen soldado pero con poco cerebro para las tácticas eso si era un buen tirador y sabia moverse en lo que yo le pedía, un buen elemento, demasiado bueno, por eso lo pedí en mi escuadrón.

-Encontré algo -Dijo aun-

Me encontré cuando llegue hacia Greg (Le digo así para abreviar su nombre) una escena tan grotesca para los espectadores, para mi es normal, sangre por todos lados, viseras, etc., un festín caníbal, había 2 cuerpos de los 10 que enviaron... Entre, Greg solo había abierto la puerta y vi que había 4 en lugar de 2, algunas partes comidas, arrancadas, era descuartizarían, la sangre tapizaba esa habitación tan grande y rara, al más puro estilo Egipcio, uno de los cuerpos no tenía el corazón, estaba al otro lado de la habitación a medio comer, casi vomito al ver que uno estaba desnudo y... El culpable hacia necrofilia con él...

-Maldito enfermo hijo de puta -Dije y le dispare en la cabeza-

-¡S-señor ese es uno de los esclavos del presidente! -Dijo Greg-

-¿Aquí es legal eso de esclavitud? -Le pregunte-

-Algo así señor, en Egipto apocalíptico, reinaba un loco sátiro llamado Edfu Sadat, un general que tomo el control de la ciudad con puño de hierro, sin preguntar a nadie solo la tomo y el que no estaba de acuerdo lo asesinaba.

-Lo que el poder hace a una persona. Ahora vamos, no tenemos tiempo que perder.

-S-si señor... Señor ¿Qué paso con su esposa e hijos?

-Están en casa esperándome, aún sigo pensando que debí quedarme, yo no quería venir pero ya vez lo que hace a una persona la F.R.A.Z.

-Lo se señor, pertenecer a un ejército de esta magnitud es muy difícil ¿Cuánta gente no ha puerto en el proceso de este infierno?

-No lo sé, pero esto se pone peor cada vez, es un infierno y no quiero ver más gente morir ¿Cuántos soldados tienen que caer para que esto termine?

-Señor debemos seguir, el escuadrón debe estar cerca

-Bien, vamos que no hay tiempo que perder

Empezamos a caminar todo el rato, me sentía fatigado, eso es muy raro en mí, nunca había sentido cansancio... No físico si no... algo más... profundo...

La caminata continuo, desaparecieron algunos de mis hombres en el trayecto, no encontré a Alfonso y Jaime, no sé dónde quedaron y estuvimos buscando.

-Señor no encontraremos nada, esto es muy difícil

-Ten paciencia, la paciencia es una gran virtud soldado, la verdad aun me siento un poco cansado por todo lo que ha pasado, sigue adelante, tu cálmate.

El que no estaba calmado era yo, me sentía cansado, fatigado, con dolor en todo mi cuerpo, no me sentía como yo, me sentía... ¡Mal! Al parecer ya no estaba en forma como antes, sabía que no debí tomar se descansó, pero mi Michelle insistió que lo tomara, maldita suerte.

Seguimos caminando mientras yo miraba el camino mientras mi corazón palpitaba de tal manera que me sentía mal, sentía que se me saldría del corazón, cálmate, me decía cada minuto, cálmate Eduardo, todo está bien, prométete a ti mismo que todo ¡Todo hijo de perra todo! Está bien, maldita sea me siento mal.

Cada paso era un infierno me sentía cada vez más pesado hasta que por primera vez dije ¨Ya no puedo más¨ y me senté a descansar, Greg me dio una botella con agua y empecé a beber de ella, mi dolor de espalda ¡Espalda! No me dejaba continuar, me sentía muy mal, demasiado mal, sentía que mi espalda explotaría de dolor.

-¿S-señor está bien? -Dijo Greg preocupado-

-S-si estoy bien, no te preocupes G, todo está bien, solo necesito un descanso.

-B-bueno, pero si necesita algo solo dígalo, sabe que poder ayudarle en lo que necesite, somos amigos de todos modos ¿No?

Dijo sonriendo, vaya, no sabía que alguien me considerara su amigo, bueno G más bien, siento que algunas personas lo hace, saque una foto de mi Michelle y la empecé a ver, pensaba en ella cada momento que estaba en este infierno, me sentía ¡Tan! Impotente al saber que estaba lejos de la mujer que amaba, la única que verdaderamente he amado, la que siento que si no estoy a su lado el mundo se terminara a mi alrededor, que... ¡Que no puedo vivir sin ella! Demonios jamás creí que diría eso por una chica, jamás pensé que el tipo que se acostaba con todas tendría sentimientos por una mujer, pero Michelle no era cualquier mujer, era la mujer de mi vida, la única a la cual amaría con todo mi corazón, en serio jamás creí que una mujer me aria sentir algo así, jamás creí verme enamorado de una mujer, nunca creí que me aria sentir tan especial una chica que le quite a... Una persona que conocí, jamás creí eso, nunca, ni en mis locos sueños, no sabré...

¡Repentinamente se escuchó un grito! G y yo nos alarmamos, era un grito de un hombre y seguido de una mujer, corrimos al cuarto donde provino eso y nuestros ojos se llenaron de impacto al ver lo que teníamos enfrente...

Apocalipsis Zombie: La historia de Wolf. Primera Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora