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YoonGi tenía ya muy en claro que TaeHyung era alguien sumamente diferente, no por el simple hecho de ser alien. No, TaeHyung ya es diferente de todas formas aún si no fuera un alien. Es por eso que verlo jalarse los cabellos con desesperación le causa mucha gracia, no puede evitarlo, las desgracias de los demás lo hacían feliz.

Simplemente ver a su mejor amigo dar vueltas por todo el lugar se ha vuelto algo muy seguido, verlo actuar con desesperación parecía ser cosa de todos los días.

¿Cuál era la razón?

Otra vez habían perdido una valiosa pista, estuvieron de nuevo tan, pero tan cerca de encontrar a los Ciakars. Ya casi tenían su ubicación, malditamente casi la tenían. Pero entonces, justo cuando estaban rastreando el lugar con NamJoon, fueron bloqueados y perdieron todo el avance. Era un real mierda, ¿cómo era posible estar en un segundo muy cerca y después completamente lejos?

Habían pasado toda una jodida tarde intentando localizarlos, entendía a TaeHyung, pero eso no evitaba que se divirtiera con su comportamiento; la forma en la que resoplaba como un niño, y de vez en cuando golpeaba el suelo con el pie. Kim era tan similar a un niño en tantos aspectos.

— Con un demonio, TaeHyung, tranquilízate hombre. —comenta YoonGi recostado, como muchas veces, en el sofá del departamento de Kim.

— Es que... ¡Mierda! Otra vez volvimos a fracasar. — se revuelve el cabello con fastidio.

Min suspira sin saber que más decir, había sido extraño. Ellos estaban en la base de NamJoon, así que prácticamente era imposible que los bloquearan, a menos claro que se trate de alguien que conozca todos sus funcionamientos.

En realidad era algo con un poco de lógica, habían sido bloqueados tan fácilmente —lo cual dejó a NamJoon con el orgullo herido— y eso fue prácticamente porque era como si alguien supiera como se manejan las cosas en la base.

¿Tal vez un...?

— Creo que hay un soplón.

TaeHyung inmediatamente lo mira, prestándole total atención.

— ¿Qué? — pregunta incrédulo.

— Creo que hay un soplón. — repite con lentitud. — Es algo lógico si lo analizamos con cuidado, bloquearon a NamJoon tan fácilmente; siendo él un genio con las computadoras. ¿No te parece extraño como entraron a la base de datos con tanta facilidad?

— Tal vez son muy habiles. — se niega a creer que puede existir algún soplón.

— No lo creo, si bien los Ciakars son muy astutos no creo que alguien sea capaz de bloquear a NamJoon. — apunta.

— Bueno, ahí tienes un punto. — observa TaeHyung.

— La pregunta es, ¿quién? — el peliazul coloca su mano sobre su barbilla.

— No quiero creer que hay un soplón, se supone que todos nos ayudamos entre todos. — dice el alto con el ceño fruncido, es simplemente anormal que alguien los traicione.

— No sé quien sea, pero si lo encontramos te juro que voy a patearle el trasero. — musita entre dientes.

— ¿Deberiamos ir a visitar todas las bases? — sugiere Kim, intentando encontrar una solución, si bien lo del soplón no es algo seguro, al menos podrían descartarlo si revisan las bases.

— No es mala idea, ¿qué te parece si empezamos con la mía?

— De acuerdo.

— Jeon JungKook, Jeon JungKook, Jeon JungKook.

El mencionado sólo bufaba mientras ignoraba olímpicamente al ruidoso de SungJik, tenía alrededor de diez minutos caminando por el centro comercial con SungJik siguiéndole los talones; rogándole que vieran una empalagosa película romántica que se estrenaba ese día. Pero por supuesto que él no queria ver eso, JungKook quería ver una de acción, no algo cursi que lo haría vomitar arcoiris.

ALIEN [VKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora