Epílogo.

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—¡No quiero que venga! ¡No quiero, no quiero! —se cubre el rostro sonrojado con las manos.

—¡Ya basta! —le abofetea el rostro— ¿Eres un niño acaso? Supéralo de una vez.

—Es que no lo entiendes. —camina por todo el pasillo sosteniéndose el cabello— Me muero de vergüenza.

—Estamos perdiendo clases, ¿sabías eso? —se cruza de brazos.

—¡Maldición, sí! —exclama eufórico— ¿Dónde está JiMin?

El mayor se encoge de hombros—: Besuqueándose por ahí con YoonGi, lo usual.

—¡Lo necesito aquí, no succionandole el rostro a ese anciano decrépito!

—Yah, Jungcoco. —la voz del pálido se hace presente— Te estoy escuchando.

—¡No me importa! —después mira a JiMin al lado del peliazul y lo apunta con el dedo— ¡Tú! ¡Mal amigo! Se supone que estarías aquí conmigo, apoyándome. —el rubio levanta ambas manos con miedo.

—¿Porqué está así? —murmura YoonGi.

—Oh, bueno... —empieza SeokJin, acariciando los hombros del menor— Hoy presentarán su película en el auditorio.

YoonGi arruga las cejas y la nariz, después resopla con fastidio.

—¿Por eso tanto escándalo?

—¿¡Cómo que por 'eso'!? —lo mira mal, después se calma un poco— ¿Dónde está él?

—No lo sé, no le ando oliendo los pedos.

Después da media vuelta y se va, empieza a caminar por el pasillo sin despedirse siquiera, JungKook apreta con mucha fuerza los puños y presiona los labios para evitar que de estos salga un escandaloso grito.

—JungKookie~ —JiMin se acerca a su lado.

—¡No me digas nada! —se cruza de brazos.

—Estás exagerando. —suelta una carcajada.

Habían pasado alrededor de dos semanas desde lo ocurrido en aquel estacionamiento subterráneo, la verdad es que después de que se desmayó no recuerda absolutamente nada, al siguiente día simplemente despertó en el hospital. El médico le había dicho que su cuerpo acumuló mucho estrés, no pudo con todo eso así que colapsó.

Había vuelto a clases una semana después, luego de muchas charlas con su padre —lo cual para ambos fue nuevo— intentando explicarle con sutileza todo lo que su madre había hecho, el señor Jeon al principio se mostró reacio, pero conforme pasaban los días, y viendo el estado de su hijo, empezó a creerle.

JungKook lo notaba triste de vez en cuando, hasta cierto punto ido, como si no creyese nada y todo se tratara de un sueño. Lo había pillado viendo fijamente la puerta, seguramente a la espera de su madre, sin embargo eso no iba a pasar, la señora Jeon había sido enviada a la prisión galáctica, naturalmente.

Y se sentía mal, claro que sí, era su madre después de todo. Había sido todo tan doloroso, lo de su madre, lo de TaeHyung, simplemente era mucho por asimilar. Por lo que todos esos días se la había pasado fortaleciendo su relación con su padre.

Y con respecto a TaeHyung...

Bueno, a él sólo le tomó tres días recuperarse completamente y después volvió a estar a su alrededor, el veneno había sido mortal, eso sí. Pero su madre no contaba con que uno de los poderes de Tae era la sanación rápida. Así que simplemente estuvo tres días en reposo y después; estaba como nuevo.

ALIEN [VKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora