Adiós Konoha

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La familia Uchiha junto con Tsunade, a la que Akeno, la hermana menor de Sasuke, había llamado previamente al ver el estado de Naruto, se encontraban revisando al rubio. Habían conseguido parar las distintas hemorragias, siendo la más preocupante la del estómago, causada por el kunai de uno de los ninjas. Ahora esperaban preocupados a que el muchacho despertara y preguntarle qué es lo que había pasado... Cosa que no tardó mucho.

-Agh... -Se quejaba Naruto a la vez que se despertaba.-

-¡Naruto! -Akeno sonrió feliz con lágrimas en los ojos.-

-A-akeno... S-sasuke... Oba-chan... -Naruto sonreía mientras se intentaba levantar.-

-Naruto no te levantes, tus heridas no se han cerrado aún. -Le recriminaba Tsunade feliz porque el rubio estaba "bien" dentro de lo que cabía.- Ahora dime qué sucedió. -Su cara se tornó seria.-

-Me persiguieron... Corrí hacia el bosque, tenía la esperanza de poder perderlos de vista, pero me ví encerrado cuando pude divisar un precipicio. Me cogieron... -No podía continuar, no por que estuviese llorando, había aprendido hace 2 años que no vale la pena llorar, sino porque no sabía cómo decir que le habían tirado por el barranco sin preocuparlos más de lo que estaban.-

-Ya está, -se levantó el cabeza de familia.- voy a hablar con Minato, esto no puede seguir así.

-Fugaku-san espere... -El rubio le cogió de la manga del yukata que llevaba puesto.- No... -El que fuera a hablar con su padre lo aterraba, él siempre contaba lo que hacía en la oficina a la hora de la cena, y si contaba que han ido a recriminarle por su culpa, no dudaba en que Menma iría a vergarse.-

-¿Es por Menma verdad? -Sasuke le leyó el pensamiento por lo que le miró sorprendido.- Ese idiota no puede hacerte nada. ¡Eres más fuerte que él por Kami!

-Pero... Si papá y mamá se enteran de que le he hecho algo a mi hermano... -El Uzumaki comenzó a temblar.-

-Naruto... -Akeno lo miraba preocupada, no podía ignorar a su mejor amigo así.-

-No... Me tendría que ir ya a casa o se molestarán conmigo. -Se levantó y se dirigió a la puerta.- Gracias por todo. -Dió una sonrisa como sólo él sabe darlas.-

El camino a casa fue tranquilo, no se topó con ningún aldeano por lo que pudo respirar. Llegó a casa y abrió la puerta, su familia ya se encontraba cenando, así que para no molestarlos cogió un ramen instantáneo, calentó agua y subió a su habitación, todo el tiempo estuvo escuchando las risas de sus padres y su segundo hermano mayor. El mayor de todos, Takeshi se encontraba serio y sin prestarle atención a nadie, como siempre. Estaba a punto de subir las escaleras cuando Takeshi lo llamó, cosa que le sorprendió.

-Naruto, mañana empezamos la academia, no te duermas. -Le miró, le hizo feliz que su hermano no le hablara mal y más que se preocupara por él.-

-Si. -Respondió feliz y sonriendo, su hermano asintió y volvió a comer.-

Subió a su habitación. Era blanca y solo tenía un escritorio y una cama. A él le gustaba así, no necesitaba nada más. Comió el ramen y se acostó. A la mañana siguiente se levantó temprano tal como le había dicho su hermano y se pegó una ducha. Se vistió y desayunó aprovechando que todos estaban vistiendose o recién levantándose. Cuando terminó se fue a la academia y cómo fue el primero en llegar aprovechó para hablar con Kurama y los demás.

-Hola, ¿qué tal están? -Preguntó Naruto con una sonrisa, que se borró al ver a todos tan serios.- ¿Pasó algo?

-Naruto, nos iremos de la aldea para entrenar. -El Uzumaki se sorprendió por tan repentina decisión.-

-Pero, ¿por qué no aquí? -Preguntó confundido.-

-Aquí estás en constante peligro por tu deseo de no hacer daño a los aldeanos. También que tu entrenamiento será fuerte y llamarás mucho la atención. -Naruto comprendió, era lo mejor para todos. Lo único que pudo hacer fue asentir.- Nos marchamos mañana y volveremos pasados 8 años. Dicho esto vuelve a clase. Los Uchihas han llegado.

Naruto asintió de forma seria y se despertó. Miró a la puerta, donde divisó a sus amigos y levantó la mano, haciendo que los dos fueran hacia él.

-¿Qué pasa Naruto? Te veo serio. -Preguntó la Uchiha menor.-

-No es nada. -No quería decir nada para no tener que despedirse y romper en llanto.-

-Si tu lo dices dobe... -Sasuke dejó su mochila en el asiento y se sentó entre Naruto y su hermana.-

-Oh... Pero mira a quién tenemos aquí. -Una odiosa voz les hizo darse la vuelta, encontrándose con Menma, la copia exacta de Minato, pero con con los ojos de su madre. Naruto bajó la cabeza.-

-Vete a la mierda Menma. -Contestó Sasuke, le repudiaba la presencia del Namikaze.-

-No pensé que vosotros, los Uchihas, os juntarais con inútiles. -Dijo con voz arrogante.-

-No se de que hablas, no nos juntamos contigo. -Contraatacó Akeno mirando un kunai.-

Menma no pudo contestar ya que Iruka entró al aula, que nada más notar la presencia de Naruto bufó. Las clases pasaron lentas para el rubio que estaba por dormirse. Cuando acabaron Naruto corrió hacia su casa y preparó una mochila. Escribió una carta, la cuál mandaría más tarde a sus seres queridos y durmió hasta que llegara la noche. Cuando lo hizo tuvo que saltar por la ventana, para lo cual no tuvo problema y fue hacia la puerta de la aldea. Invocó a un pequeño zorro negro para que no lo detectasen y le dio la carta para que la llevara a la residencia Uchiha. Después de eso partió, prometiendose volver algún día y demostrar que no era el demonio que le decían ser porque no... Él ya no era... Un demonio.

Soy... ¿Un DeMOniO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora