Soy... ¿Un DeMOniO?

Akeno y Sasuke

-Mi cabeza... -Sasuke abre los ojos lentamente mientras lleva una mano a su frente. Abre los ojos sorprendido cuando nota la irregular textura del vendaje.- ¿Qué demonios...?

-Por fin despiertas. -El pelinegro gira la cabeza demasiado rápido al oír la voz, para su disgusto y mareo, viendo a su hermana en la puerta. Estaba agarrándose el estómago con incomodidad con el brazo izquierdo, mientras que la mano derecha estaba posada en el pomo.- Dormiste por... ¿día y medio? Creía que tenías más resistencia a una paliza hermano.

-¿A dónde vas? -Pregunta Sasuke, ignorando el insulto pasivo de su hermana.- 

-Venga ya. -Akeno suspira.- ¿Ni un "no es que te veas mucho mejor" o "deberías mirarte en un espejo" ni nada? Te estas volviendo aburrido. 

-No me importan mucho tus insultos ni nuestras peleas ahora mismo, ¿dónde demonios vas? -Vuelve a preguntar.-

-Por si no lo has notado, -Akeno bufa.- estamos en un hospital. Yo tengo un dolor en el estómago como el infierno y tu cabeza no es que la esté pasando mucho mejor. -Sasuke asiente.- Pero, ¿no notas nada? Mira a tu alrededor Sasuke. -El Uchiha obedece, pero no sabe muy bien lo que se supone que debe mirar.- ¿No falta alguien? 

-Naruto. -Sasuke responde inmediatamente. Tirando la manta al suelo y levantándose rápidamente, solo para que sus rodillas decidan ceder.-

-Tranquilo. -Akeno se acerca a él y lo ayuda a levantarse.- La cabeza no es lo único que te destrozó. -Ríe.-

-Ya, creo que ya la tenía algo mal desde antes. -La acompaña mientras él también se ríe.-

Los dos niños salieron de la habitación que ambos tenían asignada y se dirigieron hacia donde estaba su compañero de equipo rubio. No necesitaron preguntar a nadie ya que Akeno poseía habilidades de sensor. Ese dato les sirvió para relajarse un poco, si Akeno podía sentir el Chakra del rubio tan claramente es porque lo estaba usando, y por consiguiente, estaba bien ¿verdad?

Aunque su relajación no duró demasiado. Más bien, se acabó en el momento en el que se dirigieron a la Unidad de Cuidados Intensivos. Corrieron hacia la habitación en la que Akeno podía sentir al Uzumaki, sorprendiéndose al ver un ANBU en la puerta, con una máscara de cuervo. 

-¿Hermano? -Sasuke pregunta susurrando.-

-Sasuke. Akeno. -Itachi mira hacia abajo, viendo los rostros contorsionados de sus hermanos.- Por orden del Hokage, no puedo dejar que nadie aparte de los médicos, Tsunade-sama, o el propio Hokage o su esposa, abra esta puerta y entre en esta habitación. Así que por favor, marchaos. Volved a vuestras habitaciones y descansad.

-Nii-san por favor. -Akeno suplica.- Déjanos verle.

-No puedo. -Contesta con su voz impasible.-

-Itachi. -Sasuke llama con dureza.- Déjanos entrar.

-No, Sasuke. -Responde con la misma dureza.- No puedo desobedecer las órdenes del Hokage solo porque vuestros caprichos y sentimientos personales interfieran. Mi trabajo es vigilar esta habitación y autorizar la entrada de las personas asignadas. No permitir que cualquiera entre.

-Itachi. -Todos se giran a la voz que sonó a su lado. Su sorpresa es grande al ver a Kurama con el tamaño de un perro.- Déjales pasar.

-Kurama-san, no puedo permitir que entren, son las órdenes del Hokage. -Intenta convencer.-

-Yo me encargaré de Minato más tarde. -El Kyuubi responde.- Tú ponlo así. Están preocupados por el mocoso, Sasuke es su mejor amigo y Akeno su pareja, y los tres se acaban de enfrentar a un enemigo que ha puesto en serio peligro sus vidas. Son mocosos, tienen 14 años, no conocen nada del mundo, no son conscientes de que es un milagro que sigan vivos. Míralo desde otra perspectiva. Para que entiendan a lo que se enfrentan, para que entiendan que las misiones que han hecho hasta ahora son juegos de niños comparado a lo que se van a a enfrentar en el futuro, a lo que se acaban de enfrentar... Tienen que pasar esa puerta, y ver la crueldad del mundo. -Kurama termina, con una expresión seria.- Tienen que entender, que desde el momento en el que se convirtieron en ninjas, su vida empezó, y podría terminar en cualquier momento.