Una nueva vida (GaaHina)

Contigo a mi lado

Una nueva vida

Por: Valerie Hyuga Senju

Disclaimer: Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. Esta historia es de mi autoría.

Narración

"Pensamientos"

—Diálogo—

Capítulo 12. Contigo a mi lado

Era una sensación tan nueva y agradable que no querían dejar de sentirla, eran torpes haciéndolo pero eso no importaba en ese momento, pues ellos sólo pensaban en lo que sentían por el otro. El sentimiento que tenían en ese instante era inexplicable, sus corazones latían como locos y todo se movía dentro de ellos.

Gaara se sintió en definitiva feliz, pero a la vez vulnerable, era la primera ocasión en la cual recibía una muestra de afecto así y la daba. Era confuso pero era lo mejor que le había pasado, quería sentirse así de dichoso eternamente al lado de Hinata. Estaba fundiendo sus sentimientos y su ser en ese beso con la ojiperla, le abría las puertas de su corazón, uno que creyó inexistente hasta hace no mucho.

Justo cuando ambos se perdían en su propio mundo, alguien abrió la puerta sin avisar. Era la enfermera del turno nocturno, la cual al ver la escena se sonrojó y emitió un sonido de su boca, el cual fue percibido por la pareja. Inmediatamente se separaron algo avergonzados de ser encontrados en algo tan íntimo.

—¡Lo siento mucho Kazekage-sama!, no quería importunar a usted y a su novia– Hizo una inclinación para disculparse. Hinata se percató de como la llamó y enrojeció—. Yo venía a ver como se encontraba Hyuga-san.

El ambiente era algo tenso, a Gaara le molestó la interrupción, sin embargo nada le podía poner de mal humor en ese momento, esa enfermera vaya que tenía suerte.

—No se preocupe, la dejo hacer su trabajo— Antes de irse, paso sus dedos por un mechón de cabello azul en forma de despedida—. Mañana te veo, descansa.

—Hai, buenas noches...Gaara-kun— Miró directamente sus ojos tan profundos y enigmáticos. Antes de notarlo, el pelirrojo ya se retiraba de la habitación con su peculiar andar tranquilo. Ella sólo observaba como avanzaba y se perdía de su vista. Se quedo ausente unos instantes, hasta que la enfermera la trajo de regreso.

—¡Que sorpresa! ¿No crees?, todo Suna se va a volver loco cuando se sepa que el Kazekage tiene novia— Su voz era aguda, como si le emocionara decirle a todo el mundo su descubrimiento—. Las chicas te acosaran para preguntarte como lo conseguiste.

La enfermera comenzó a checar sus signos vitales mientras hablaba, Hinata sólo sonreía nerviosa. Seguramente para mañana todos sabrían y aunque a ella no le gustaba llamar mucho la atención, debía admitir que le agradaba la idea de que se supiera que ella era la mujer a la que él quería.

Cuando la enfermera terminó su trabajo y se retiró, ella se acostó en la cama del hospital y soltó un fuerte suspiro, estaba tan contenta que no cabía en sí, se tapó con las sabanas y comenzó a reír, tapaba su boca con sus manos pero no podía contener esa emoción. Sus ojos se humedecieron, estaba llorando de felicidad porque su amor era correspondido.

. . .

Desde que había llegado a su despacho y abrió la primera carpeta con documentos que firmar, no pudo simplemente leer un renglón sin que su mente se fuera a otro lugar, no podía concentrarse. Repetía una y otra vez recuerdo en su mente, había memorizado cada movimiento, sensación y gesto. No quería olvidar nunca aquel beso. Se levantó de su asiento dispuesto a salir de ahí, era inútil tratar de trabajar en ese momento. Caminaría por la aldea, necesitaba despejarse un poco, pensar en Hinata y lo que había pasado.