Sediento.

Música

Pov_humano

La puerta se cerró con fuerza después de que saliera de la habitación, y yo seguía cuestionándome, ¿porqué me agradó estar bajo de él?.. Claramente no era el mejor momento para preguntarme ese tipo de cosas, pero de cualquier manera no podía evitar pensar en eso.

Mis manos y piernas se encontraban libres ya de las esposas que anteriormente me habían colocado, pero aún así me parecía trabajoso moverme puesto al estrés y ansiedad que sentía por haber sido secuestrado y casi...violado...

Me paré de la cama y miré el espejo grande que tenía el tocador, observé cuidadosamente los detalles del marco del mismo, estos estaban tallados en la madera más hermosa y brillante que había visto en toda mi vida, cada detalle se veía hecho con precisión y paciencia.

Mis pupilas se dilataban sin yo saber al admirar la belleza de la escultura que se había formado en el bello marco, cuando a lo lejos pude escuchar un trueno, no estaba lloviendo entonces, pero justo después del estruendo, mis oídos se deleitaron con el precioso sonido de la lluvia.

Parecía que el pánico se había ido.

Había una música hermosa proveniente de algún lugar de la mansión acompañándome dulcemente, podía reconocer que el instrumento, era un piano, se escuchaba hermoso, aunque no le di demasiada importancia a este, y continué con lo mío.

Pensándolo un poco... ¿porqué ese ser humanoide me trajo en primer lugar?, el miedo había regresado, mil historias corriendo en mi mente, pensando en cómo podría ser mi muerte, cuanta sangre podría ver, si sería rápido o lento...

Entonces entró abriendo la puerta violentamente para mirarme con sus ojos penetrantes de color carmín, tal como el rojo brillante de las rosas. Mi corazón se detuvo.

Caminó hacia mí, con una mirada firme, como un gran roble, imponente, fui retrocediendo conforme él avanzaba hacia mí, quedando en contra de la pared de la habitación. Mi respiración estaba agitada, me encontraba nervioso, pero cuando me di cuenta, lo que tenía, no era miedo.

—Tal vez estoy en shock.—, pensé.

¿Qué más podría ser?

Le miré a los ojos teniendo mis manos pegadas a la pared fría que se encontraba atrás de mi cuerpo, y sentí como el tiempo comenzó a ir más lento desde entonces.

Se inclinó ligeramente, para alcanzar mi cuello con su aliento, respirando cerca de éste, su frío aire me enchinó la piel tan pronto como exhaló. Una gran electricidad recorrió mi espina dorsal, haciéndome temblar, ¿pero porqué?

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Les pido una disculpa por haber estado tan inactivx últimamente, he tenido un bloqueo grandísimo.

También disculpen lo corto de este capítulo, gracias por leer.
Estoy abiertx a sugerencias puesto a que mi imaginación para escribir ha estado muy limitada.