"Soy un desafortunado muy afortunado"; Esa era la descripción de mi persona. La valide durante mucho tiempo.
Creí en tantas estupideces. Mi cabeza estaba llena de tonterías causadas por la soledad, por la ausencia. Y presentí que jamás volvería a ser totalmente feliz. Ya nunca sería un adolescente normal. Vi mi reloj avanzando velozmente y sin frenos. Estaba asustado, impotente. Quería detenerlo, quería parar, necesitaba una salida.
De pronto apareció una puerta y encontré mi mundo.
Era temporada de estudio, un tiempo muerto inventado por los pilares educativos para fortalecer la responsabilidad del individuo estudiantil. Sin embargo, la mayoría de los escolarizados lo utilizaban para socializar entre ellos, y yo no soy ninguna excepción.
En el momento exacto que la campana sonó, Kamitani se hallaba tomando asiento a mi lado, trayendo consigo un libro de matemática. Disimular es una desvergüenza por nuestra parte, pero me alegra tenerlo conmigo.
Cada que se presentaba un evento como éste tomaba partido para pensar, sentir, hablar y besar a Kamitani. Cualquiera resolvía enigmas matemáticos, yo respondía las mil incógnitas del porqué me sentía tan gravemente enamorado de Kamitani. Y aunque pasará una eternidad intentado aclarar mi duda, el tiempo no sería suficiente.
Te quiero, Kamitani. Te quiero, te quiero, te quiero...
—Ryuuichi.
Sentí un suave apretón de manos durante mis alocados pensamientos. Reaccioné enseguida cuando la voz de Kamitani atravesó mis orejas. Su dulce y –bastante– neutra voz.
—Dime.
Todavía mis pensamientos divagaban entre colores como el rosa pastel y azul eléctrico, color del amor adolescente y el color de esa playera que resalta la belleza natural de Kamitani. Extrañó verle con esa camiseta puesta.
—¿Tienes algo qué hacer hoy en la tarde? —preguntó. Lo pensé.
—Es viernes. La guardería suele cerrar temprano. ¿Te apetece una cita?
Los labios de Kamitani sellaron. Me sentí tonto al apresurarme. He arruinado las dulces intensiones de mi novio por mis involuntarios impulsos.
Últimamente he sentido un extraño vació emocional. Le exijo a Kamitani demasiada atención, pido mimos y caricias, todo de manera inconsciente. Pruebo sus labios, saciándome de ellos, y luego quiero abrazarlo durante horas. No quiero pensar que es demasiado para Kamitani, quien no ha objetado a mis exigentes demandas, pues por la misma razón no ha preguntado y argumentado nada al respecto. ¿Será que le gusto tanto que no le importa cooperar o simplemente tolera mi extraño comportamiento?
Miré a Kamitani. Sus ojos estaban analizándome con intensidad. Me sonroje. Por un segundo mis pensamientos relacionaron la escena con esas que tienen las parejas casadas luego del matrimonio.
—L-Lo siento, Hayato. Me adelan...
—No. Está bien. Algo así pensaba proponer.
Su expresión facial no cambio mucho, pero se veía dudoso al hablar.
Suspiró. El aire salió pesado de su boca, como si hubiese estado atrapado durante mucho tiempo.
—Mi madre quiere invitarte a cenar. Espera que te presente...
—Pero Kamitani-sensei ya me conoce.
—Como mi novio, Ryuuichi. Quiere conocerte como mi novio.
Aquellas palabras me dejaron atónico. ¿De verdad la madre de Kamitani quiere tener una vergonzosa cena para reconocerme?
—¡Pe-Pero ella ya lo sabe! —me atreví a replicar, envuelto en un manojo de nervios.
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¿Qué es estar enamorado de ti? (Kamitani x Ryuuichi)《Gakuen Babysitters》
FanfictionRyuuichi Kashima no está muy seguro de sus sentimientos hacia Hayato Kamitani, por lo que se ve obligado a entenderlo por sí mismo. Ryuuichi sabe que Hayato gusta de él y después de un simple beso de prueba Kamitani unificó su relación como pareja...