Capítulo 4: Muchas gracias.

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—¡Achú!

—Ryuuichi-sama, beba esta sopa para curar su resfriado.

—Muchas gracias, Saikawa-san.

Fui incorporándome cuidadosamente de la cama, soltando otro estornudo. El resfriado me torturaba. Sentía el cráneo pesado y ligeros mareos venía a atacarme repentinas ocasiones, y añadamos que la fiebre es tan alta que parece que me encuentro dentro de un asador. Un malestar tan horrible que no se lo deseo a nadie. Pero no puedo quejarme cuando la abuela y Saikawa hacen todo lo posible por curarme.

Tomé la taza caliente que me ofrecía Saikawa y bebí de ella; el líquido satisface de forma inmediata todo mi cuerpo. Los malestares se esfumaron de apoco. Era un alivio. Aunque sé que en cualquier momento regresarán. Sin embargo, era una buena reacción. Bebí hasta la última gota de la sopa que hizo Saikawa y luego le entregué la taza.

Quién diría que, a pesar de los esfuerzos de Kamitani, acabé con un resfriado. También fue culpa mía. Yo decidí quedarme en medio de la lluvia antes de que Yuki llegara.

—Llevaré a Koutaro-sama a la guardería.

—¿Se quedará a ayudar a Usaida-san?

—No. Usaida dijo que podía ingeniárselas.

—Pero...

—Le sugiero descansar y permitir que me ocupé de lo demás, Ryuuichi-sama.

Hacer una objeción al respecto no servía de mucho con Saikawa, menos si tenía todas las de ganar. Asentí, mostrando una débil sonrisa.

—Dígale a Usaida-san que estaré de regreso tan pronto como me recuperé.

—Claro que sí, Ryuuichi-sama.

Volví a recostarme, envolviendo mi cuerpo con las mantas, y abracé mis ropas: Las ropas de Kamitani. Ayer que me prestó un cambio dijo que no eran prioritarias, por lo que no necesitaba entregárselas de inmediato. Sin embargo, cuando llegué a casa, puse a lavar la ropa de Kamitani. Sé que no había prisa pero pensé que lo mejor era dárselas mañana en la escuela y agradecérselo. No tenía razones validas para quedarme con ellas más tiempo del necesario. Sorpresivamente, en la noche, la fiebre me subió.

La abuela me prohibió asistir a la escuela y mi plan fracasó. En la mañana tome un baño y las ropas de Kamitani se hallaban a mi alcance. La fiebre me tenía debilitado, con un ligero dolor en el cuerpo, por lo que no puse resistencia y me vestí con éstas mismas. Ya no se hallaban impregnadas del olor de Kamitani, pero de todos modos me pareció agradable olerlas.

Saikawa se había ido antes de que me diera cuenta. No pude despedirme de Koutaro ya que podría contagiarle, pero no hubo necesidad, estará bien sin mí; Ya ha sucedido lo mismo en el pasado.

Me arropé, acariciando con mis dedos la tela suave de las ropas que cubrían mi cuerpo, sintiendo los ojos pesados. Será un día largo. Al menos tengo toda la mañana y tarde para dormir y pensar mucho. Puede que no me alcancé, pero poder hacerlo con tanta libertad y sin interrupciones me era grato.

Kamitani usa ropa de algodón. Es lindo. Se siente bien. Es como si me abrazaran. El suéter con el que me cubrió es del mismo material y también fue agradable la sensación. Lástima que no pude quedarme con él. Tuve que regresárselo una vez vestido con su préstamo. Quiero usar la ropa de Kamitani. Quiero sentir su calor. Quiero esa sensación de unos brazos envolverme con suavidad. Quiero un abrazo..., un abrazo de Kamitani.

—¿Qué estoy pensando? —susurré. Ya no supe si el calor que emanaba de mi rostro era por la calentura o la vergüenza que apareció al imaginarme a Kamitani abrazándome como aquella vez, o más comprometedora.

¿Qué es estar enamorado de ti? (Kamitani x Ryuuichi)《Gakuen Babysitters》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora