Drabbles

Nonsense • [TaeGi]

Un rubio de ojos pequeños deja su imaginación volar y la plasma en un pequeño cuadernillo mientras una humeante taza de té descansa en una mesita frente a él. El delicado boceto de un firmamento lleno de estrellas en un pequeño campo comienza a formarse en el pequeño lienzo para cuando una ligera sonrisa escapa de sus labios.
Min garabateaba estrellas y trataba de formar las bonitas constelaciones que le habían enseñado tantas veces pero que aun era incapaz de recordar por completo.
Era gracioso, por qué podía no recordar el mapa del firmamento, pero podia jurar que era capaz de enumerar una a una las pequeñas pecas que adornaban las mejillas del chico que aparecía constantemente en sus pensamientos.

Era algo penoso, pensaba Yoongi, era algo estupido soltar pequeños suspiros por aquel chico en secreto, en las noches frías donde se quedaba congelado frente al papel con solo un pensamiento en la mente; durante los atardeceres cuando los colores de su paleta combinaban a la perfección con los tonos de su piel; durante las mañanas cuando el sol comenzaba a brillar en el cielo y Yoongi sentía como su piel se calentaba de la misma manera que ocurría bajo su toque.
Definitivamente era algo estupido y es que era algo simplemente inalcazable.

Por qué él era inalcanzable, justo como las estrellas que tanto le gustaban.

Pero... ¿que podía hacer? No era como si tuviera la confianza para ir y encararlo y espetar un simple "me gustas".

Aquello era demasiado simple y Kim TaeHyung era alguien demasiado especial.

TaeHyung hablaba de las estrellas y el firmamento, con tanta pasión que no podría comparase ni siquiera a la manera en la que Min hablaba de Van Gogh, eso era mucho, tal vez demasiado y por eso ahora Yoongi mordía su labio con suavidad y una sensación asfixiante invadía su pecho.

Taehyung era todo ciencia y lógica y Yoongi solo podía dejarse llevar por sus emociones, por el impulso del momento y por aquello que le dictaba su corazón, y su corazón lo empujaba con cada latido hasta los ojos del castaño y esa bonita sonrisa que el chico dejaba escapar cada tanto.

Yoongi era calma, té y música clásica; TaeHyung era todo alaridos y café amargo. Min era el piano y un violin; Kim una batería, guitarras eléctricas y un montón de gritos.

Tal vez esas eran las razones por las cuales Yoongi se encogía en su lugar cuando Jimin lo llenaba de preguntas y cuestionamientos sobre su pequeño amor, y es que era pequeño, porque Min Yoongi no se hacia ilusiones con un Kim TaeHyung que era sonrisas y miradas coquetas con todos.

Kim solo era un pequeño cosquilleo en las palmas de las manos y una sensación cálida en el pecho en esas noches en el tejado donde Tae trazaba con la yema de sus dedos y una suavidad infinita el atlas de los astros en la palma de su mano mientras nombra una a una cada estrella y su mirada permanecía clavada en la suya con tanta firmeza que el aire escapaba de sus pulmones sin que Min pudiera notarlo.

El castaño era misterios y secretos susurrados bajo el efecto del alcohol, pero secretos que nunca alcanzaban los oídos de Yoongi, por que esos secretos eran susurrados con malicia al oido de Jung Hoseok; Yoongi muy por el contrario era un libro abierto y un montón de emociones desbordantes. Y allí sentado en esa pequeña cafetería esperando que TaeHyung llegara, Yoongi enserio se preguntaba que tendría para decir el menor. Ellos eran polos opuestos. Lo suficientemente diferentes para que los silencios amplios existieran entre ellos y las conversaciones fueran cortas, pero a veces Yoongi quería repetirse que no eran tan opuestos, o que ello podría ser algo bueno, pues esos silencios no eran incomodos y los temas al final resurgían con facilidad.

TaeHyung era todo pecas que se difuminaban en tez canela y un tacto cálido, Yoongi era manos frías y piel como la nieve. 

Y tal vez Yoongi esta demasiado sumido en sus pensamientos y pasa demasiado tiempo soñando despierto que no se da cuenta cuando el menor se sienta frente a él con una tierna sonrisa dibujada en los labios y un pequeño libro en sus manos.

Tal vez Yoongi no presta la suficiente atención porque nunca nota las miradas que le regala el castaño, de reojo y llenas de confusión, porque es que TaeHyung no lo entiende, no entiende porque su corazón se acelera con cada roce del rubio en su piel y no entiende porque deja de respirar cuando lo ve pintar, tampoco entiende porque siente esas enormes ganas de agarrar al mayor entre sus brazos para estrecharlo y nunca dejarlo ir cuando lo ve sonreír, cuando ve esas sonrisas que son toda encías y ojos mas pequeños de lo normal, y es que TaeHyung jura que derrite su corazón de alguna manera y aquello no tenia sentido.

Min Yoongi carecía de lógica y definitivamente era el mayor misterio que Kim TaeHyung quería descifrar.

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