Drabbles

Alright • [NamSeok]

NamJoon solo se había tenido a si mismo pero estaba bien, no conocía nada mas aparte de aquello, de su propia compañía y el silencio abrumador, pero estaba bien, así que tal vez alguien mas involucrandose en su pequeña realidad montada con cuidado, tal vez eso no estaría tan bien.

Pero un día y como siempre en estas pequeñas historias de amor, la paz se vio interrumpida por un alegre y un tanto escandaloso joven doctor.

Y es que bueno, NamJoon era algo torpe y la cocina no era su fuerte, los cuchillos no eran sus mas grandes amigos y las cebollas se habían convertido ciertamente en un enemigo jurado. Así que cuando Nam entro a la sala de emergencias —del hospital muy convenientemente localizando frente a su nuevo departamento— con un lápiz tras su oreja, un libro bajo el brazo y un cuchillo muy casualmente clavado en la palma de su mano izquierda, Hoseok no pudo despegarle la mirada de encima, pues todo hoyuelos y sonrisas incomodas trataba de explicarle a una de las enfermeras como es que aquello había ocurrido, con toda la calma del mundo, como si no le doliera, como si no se estuviera desangrando, como si no tuviera un jodido cuchillo enorme atravesándole la mano, así mismo.

La mirada de NamJoon viajo hasta el joven pelirrojo que le miraba estupefacto y con esa jodida tranquilidad de antes le dedico una amplia sonrisa antes de caer inconsciente en el suelo.

Bueno, eso si era un poco mas normal, pensó Hoseok.

Y así fue.

Después de eso el pelirrojo se había encontrado a si mismo preguntándose que habría sido del chico de cabellos cenizos por un par de semanas. Él mismo había llevado a cabo la cirugía del chico y le había estado revisando sus heridas un tiempo, pero tras eso, NamJoon había desaparecido junto a su voz suave y ese ligero olor a tabaco.

Hasta que, bueno...

NamJoon es torpe, despistado y el sentido común a veces le falla, ya hablamos de su poca experiencia en la cocina y las ollas generalmente terminan calientes luego de usarlas, pero Nam no es necesariamente consciente de ello y bueno... 

NamJoon tiene quemaduras en las manos y Hoseok esta terminando su turno en emergencias aquella noche...

Así que después del tratamiento regular y un mar de risas de Sun que aparentemente conoce mas al joven de hoyuelos bonitos de lo que Hoseok pensaba, el doctor termina decidiendo que le ayudará a hacer la cena... Y le dará un pequeño curso de cocina.

Y bueno...

Estaba bien, despertar en las mañanas en una cama amplia con el espacio a su lado vacío estaba bien; desayunar a solas con un libro junto a su taza de té y sus lentes descansado un poco muy abajo del puente de su nariz, estaba bien. Los paseos a solas por el parque con su perro y los largos ratos en los que sus pensamientos eran su única compañía estaban mas que bien.

Para NamJoon todo aquello estaba bien, estaba simplemente bien, su pequeña burbuja de comodidad y monotonía donde nadie irrumpía y nadie le sacaba de sus pensamientos estaba simplemente bien, era un escritor anónimo y un loco de la poesía leída entre susurros así que aquello estaba bien, la calma y solo una enorme bola de pelos a su lado, pues siempre había sido así...

Pero ahora ya no lo era.

Ahora tener a Hoseok revoloteando por la casa mientras cantaba bajito resultaba mucho mejor. Despertar bajo la mirada del mayor en las mañanas antes de que este lo besara con cuidado para ir al hospital resultaba mucho mejor que las sabanas frías por si solas. Su taza de café junto a su té por las mañanas resultaba reconfortante y tenerle enrollado en su pecho mientras escribía su novela resultaba lo mas de inspirador e incluso que este deslizara sus gafas regresó a su lugar era mucho mejor.

Ahora no solo estaba bien. Ahora era perfecto...

Pues el pelirrojo era simplemente perfecto.