Late • [H8shi]

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La vida era un poco injusta, al menos eso pensaba SoonYoung.

En un mundo donde todos estaban destinados a conocer a su alma gemela, en un mundo donde todos tenían al menos la más ligera marca de destino SoonYoung estaba completamente solo.

O al menos eso creía.

El azabache tenía tres hermanos pequeños y dos de los chicos ya habían mostrado signos, ¿por que el no lo hacía?

Hansol tenía doce años y llevaba cambiando de cuerpo con una chica que vivía al otro lado del mundo al menos un año, Lalisa vivía en Nueva York y como no hablaba coreano, aquellos días eran un poco mas duros que los usuales.

Kwan tenía nueve y hacía un par de semanas había comenzado a soñar con la voz de un chico que le cantaba canciones de cuna. Con el paso de los días había comenzado a hablarle de día y a relatarle sus aventuras. "La voz más bonita del mundo" había dicho el niño de mejillas sonrojadas un día entre susurros.

Y Chan, bueno, Chan tenía cuatro años y probablemente Soon lloraría si el niño aparecía con su alma gemela un día de esos.

No era justo. SoonYoung tenía 20 años y no había nada. Ni un tatuaje, ni una voz hablándole, ni un hilo rojo, su cuerpo era solo suyo y mucho menos sueños premonitorios.

Pero quien lo diría. El no los tenia, pero había alguien que los tenía por él.

Había un chico que había estado buscándole por años, empezó con pequeños susurros cuando cerraba sus ojos antes de dormir, su voz tarareando pequeñas melodías en lo más profundo de su mente. Se convirtió en sueños donde parecía estar dentro de la mente de Soon y podía ver sus recuerdos. Se transformó en él perdiendo el conocimiento en medio del día y viviendo por unos segundos lo que SoonYoung hacia, esa fue la razón por la cual había comenzado a bailar, cuando una vez a la semana se desmayaba en medio de la calle y terminaba bailando en el cuerpo del azabache sintiendo el corazón del otro como el propio latiendo con fuerza contra su pecho con cada movimiento, sintiendo la felicidad desbordar por cada uno de sus poros y el cuerpo del chico relajarse a medida que sus preocupaciones eran lavadas con el sudor.

MingHao había terminado escuchando los monólogos internos de Kwon si se concentraba lo suficiente y a veces de la nada el chino se sentía a morir cuando podía sentir la tristeza del chico como suya.

MingHao quería encontrarle, MingHao tenía que encontrarle, pero cada que estaba cerca de hallarle el azabache solo desaparecía. Las pistas de su paradero se hacían confusas y por eso desistió un poco, tal vez Soon no estaba listo para su llegada y esa era la manera en la que el destino le hacía verlo.

Y así como en las novelas, como en los cuentos clásicos, fue el mismo destino el que los hizo encontrarse. Un día de esos cualquiera donde ninguno de los dos lo esperaba, cuando ambos se habían rendido y habían dejado su fe puesta en el destino.

Fue un miércoles en la tarde mientras Kwon estaba en el trabajo. Un pequeño café en medio de un campus universitario que no era el suyo.

Un miércoles en la tarde antes del examen final de astronomía de MingHao, en el café al que Xú nunca entraba pero del que siempre obtenía una bebida, pues en la puerta siempre estaba su roomie esperándole con un americano para llevar.

Pero esa tarde Wonwoo no estaba, Wonu tenía gripe y Hao necesitaba un café como si su vida dependiera de ello, así que aquella tarde, MingHao si entró.

Para Soon fue como un golpe, una descarga eléctrica recorriendo su cuerpo en cuanto una voz tranquila hablo del otro lado de la barra. Como si un rayo le golpeara lo vio todo. Le vio a su lado en las noches cuando no podía dormir, lo sintió como una extensión de sí mismo al bailar, el calidez inexplicable en las noches frías y la verdadera voz de la conciencia que le aconsejaba en las noches.

Los ojos grandes por los que a veces pareció ver su propia vida como si no le perteneciera y ese cosquilleo muy particular en las palmas de las manos de cuando se sentía ansioso.

Fue todo, fue mucho y fue nada a travez de los años, no fue un hilo o una marca.

Simplemente era él. Y solo eso hacia falta.

Las explicaciones vendrían después.

"¿Porque tardaste tanto?"

DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora