Viaje en el tiempo Parte 9

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El viento arremetía contra él, la oscuridad lo rodeaba y entre todo eso, una figura se hacía presente sin demostrarle quien era, trataba de alcanzarla pero aquella figura se alejaba cada vez más y más mientras el paisaje a sus pies se teñia de carmín, no había luz y ni siquiera una llama que alumbrase su camino, él se encontraba perdido en la inmensidad de aquel sitio mientras el llanto de alguien se escuchaba cada vez más cercano taladranadole los oídos mientras él seguía a aquella figura que lo atraía más y más para sí, a la vez que el sonido de unas risas lo envolvían tratando de llevarlo a la locura...

Se levantó exaltado lleno de sudor mientras contemplaba sus manos, aquellas que en sus sueños parecían teñidas de sangre, revisó que todo estuviese en orden y asfixiado de ese lugar buscó salir de ahí, llevándolo al patio donde solo sentir el pasto bajo de él cayó al suelo jadeando, como si hubiese estado haciendo una inmensa actividad física y sin embargo lo único que pasaba era que él había tenido un ataque de pánico.

Se sintió impotente a la vez que golpeaba el suelo con fuerza y sus nudillos comenzaban a sangrar, quería correr y dejar aquel lugar que era parte de sus pesadillas, llegar a su ahora hogar y besar a su mujer, ver a sus hijos y saber que nada de lo que había pasado era una fantasía, pues cada día en el pasado jugaba con su delicada mente, debatiéndose entre lo que era verdad, que era mentira y que era una ilusión, sumergiendolo en desesperación.

Los segundos pasaron y la lluvia comenzó a envolverlo mientras él solo se quedaba estático ahí y en silencio, había notado una presencia tras de sí pero no le había importado, en ese momento para él solo estaban él y la lluvia, no había nadie más que pudiese perturbarlo.

Su mini "yo" lo observaba en silencio, no había podido dormir y al pasar por aquel cuarto que ocupaba aquel forastero, había conseguido oír sin querer lamentos a la vez que el usuario de aquella habitación susurraba una y otra vez aquel nombre que más de una vez entre sueños había pronunciado, así que al verlo salir, le siguió, observando aquel escenario sin poder decir nada, se veía que aquel hombre sufría y mucho, preguntándose qué era lo que lo afligía pero sin poder preguntar, pues, tal parecía que hacerlo podía ser peor que una puñalada.

La mañana comenzaba a asomarse con los primeros rayos de sol y aquel niño ahora yacía dormido en la entrada del recinto mientras su "yo" adulto seguía en el suelo empapado observando el cielo sin ánimo de nada, sabía que debía entrar y cambiar su lastimoso aspecto, pero no se sentía con fuerzas en ese momento.

Tomó una gran bocanada de aire y muy a su pesar se levantó de aquel lugar y, antes de entrar, concentró su chakra para hacer que su ropa se secara, al cerciorarse de que fuese así, vio al niño y lo llevó a aquella habitación que él conocía perfectamente, la observó a detalle y después de unos momentos se marchó para alistarse y comenzar su día laboral.

Ese día, ambos "Sasuke" estuvieron más callados de lo normal, ninguno decía más de lo necesario, pues, aunque el niño no comprendía a aquel adulto sabía que estaba pasando por algo fuerte en su vida así que decidió ese día no molestarle como lo había venido haciendo de hace un tiempo para acá, a la vez que Itachi se preguntaba sobre el extraño actuar de los dos, pero decidiendo ignorarlo.

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Era tarde y Sasuke había terminado sus deberes, ahora se encontraba cerca del parque tumbado en el césped, ese día le estaba resultando más insoportable que los demás y no quería volver aún al distrito Uchiha.

Tan ensimismado estaba que no noto una presencia acercarse a él, aquella personita de la nada se sentó a su lado y observó el cielo en silencio, a lo que Sasuke solo notó que ella estaba ahí cuando de la nada sintió un peso extra sobre sí, era la pequeña Hinata que se había quedado dormida sobre él.

Sasuke se preguntó cuanto tiempo había estado ahí con él y porqué no la había sentido, a la vez que se cuestionaba el hecho de que si la estarían buscando pues el sol comenzaba a ocultarse, sin embargo, al verla con detalle, toda su atención se enfocó a su pequeña persona pues la niña llevaba las manos vendadas al igual que su cuello y no parecían ser los únicos lugares.

Rápidamente el azabache paso de apasible a  tornarse furioso, no obstante, la niña despertó y al ver su rostro se contrajo temerosa, ante lo cual Sasuke relajó su expresión para que ella se sintiera en confianza.

Se miraron unos momentos y después la pequeña sacó un paquetito de una bolsita que llevaba con ella a la vez que le sonreía, mientras el hombre tomaba dicho paquete que ella le entregaba y ella se sonrojaba.

Al tener el paquetito entre sus manos, aquella niña salió corriendo de ahí dejando al mayor desconcertado observando aquel paquete a su vez que lo abría y al hacerlo se llevó una grata sorpresa pues ella le había obsequiado algunas galletas, parecían algo quemadas pero eran idénticas a las que recordaba de su esposa, así que sin poderlo evitar sonrió llevándose una a la boca, quedando encantado ante su sabor y sabiendo que aquello había sido una forma de agradecerle por lo que había ocurrido en su casa y como forma de disculpa, lo sabía bien porque así era ella y al no encontrarla más por los alrededores, se marchó a donde estaba residiendo temporalmente mientras comía las galletas y se llenaba de nuevas esperanzas y fuerzas, pues no podía desistir en su misión, cumpliría su promesa pasara lo que pasara y sin importar que...

Luna Y Oscuridad, RECUERDOS DEL PASADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora