Sin Miedo A Nada [StrangeIron | IronStrange]

Demos inicio al plan

Según Harley, Stephen parecía ser un tipo agradable y un buen partido para Tony.

Luego de aquella pequeña presentación vio al hechicero otras tres veces más durante la semana, pudo interactuar y recopilar algunos datos sobre él.

El hombre fue un médico cirujano famoso cuya carrera se vio truncada luego de un trágico accidente, sacó lo mejor de aquella experiencia y logró convertirse en el hechicero supremo de la Tierra. De alguna manera su vida y la de Tony le parecían similares.

Manejaba el mismo humor y sarcasmo que el mecánico, lograrían comprenderse bien o quizá sería una guerra de egos sin fin. Aunque sería divertido presenciar aquello.

Alto, esbelto e innegablemente guapo, además tenía esa aura de misterio e intriga; totalmente el tipo de persona que se vería bien al lado de Tony (Todo se ve bien al lado suyo).

Y lo más importante, Strange ya había caído ante Stark.

Podía ser sólo un adolescente pero no cabía duda de que era mucho más inteligente en este tipo de cosas que cualquiera de esos dos tontos adultos.

La atracción ya existía, lo notó desde el principio, sólo necesitaba que se conocieran más y que finalmente se enamoraran.

El problema, Steve Rogers, ese estúpido supersoldado que se atrevió a engañar a Tony.

El millonario demostró ser más que sólo aquello que aparentaba ante las cámaras y la prensa. Bajo esa máscara de arrogancia y ego se encontraba un hombre lleno de temores, destrozado en múltiples ocasiones y muchas veces cargando con el peso del mundo sobre sus hombros.

Pero por sobre todo era un hombre cómo todos. Harley pudo conocer ese lado más humano y supo comprenderlo a la perfección.

Stark se preocupó por el durante los últimos años y se aseguró de que todo estuviera bien con visitas esporádicas dos veces por mes. Aquello se sintió realmente bien pues luego de mucho tiempo sintió que alguien se preocupaba por él.

Tony se convirtió en ese modelo paterno ausente que tanto necesitaba y poco a poco en la persona más importante en su vida.

Entonces, pensar que el capitán se hubiera atrevido a dañar a la persona más importante para él era simplemente inconcebible y debía ser castigado.

Quizá podría hacerse cargo de él con un simple chasquido de dedos y devolverlo a su cubito de hielo.

El capitonto iba a pagar, lo tenía claro.

_._

Tony olvidó por un momento, o al menos por aquella semana, todo lo que hacía ruido en su mente.

Harley y él desayunan juntos todas las mañanas, aunque siempre era fuera por el temor de Tony a encontrarse con Steve. Esto se había vuelto una especie de hábito al que podía fácilmente acostumbrarse.

Justo ahora se encontraban en su cafetería favorita. Sentados en silencio, pero sin que fuera incómodo, disfrutando de su desayuno.

Podía jurar que la pequeña mente del adolescente ideaba algún malévolo plan, la sonrisa siniestra en sus labios lo delataba.

De repente cayó en algo de lo que no se había percatado desde que el muchacho llegó.
Sus ojos se veían diferentes, seguían siendo azules pero ahora tenían cierto brillo especial que no sabría describir.

-¿Usas lentillas?-se atrevió a preguntarle.

Harley sonrió vagamente y negó con la cabeza.