Capitulo V. Parte IV

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-Ritz, ¿Quieres acompañarme a la orilla?-Pregunto Marche con un deje de timidez

-Claro, me encantaría.-Respondí ella mientras ambos se levantaban de la mesa y caminaban juntos a la orilla.

Se detuvieron cuando sintieron que la fría agua chocaba contra sus pies, Marche ya empezaba a repetirse, pero era algo que sin duda quería dejar en claro...

... Ivalice tiene los mejores paisajes que haya visto en mi vida.

Marche con algo de timidez tomo la mano de Ritz, esta al principio coloco una mueca de impresión mientras un fuerte sonrojo aparecía en toda su cara para finalmente, corresponderle a Marche con una sonrisa.

Pasaron minutos enteros admirando las cristalinas aguas, hasta que Ritz soltó la mano de Marche y lo volteo a ver, tenía una sonrisa confiada y el ceño ligeramente endurecido. Ella ya estaba cansada de que tenga que ser el hombre el que del primer pasó, ella también lo haría...

Estaba determinada a hacerlo.

-Eh... ¿Ritz? ¿Estás bien?-pregunto el rubio algo nervioso.

-¿Sabes? Esta no ha sido la cita perfecta, solo nos sentamos a comer y hablar de nuestras, vidas.-Dijo ella ignorando a la pregunta del rubio.-Sin embargo, sé que los chicos se esforzaron mucho en hacerla, algún día deberíamos devolverles el favor.

-Sí, yo también les estoy muy agradecido a los chicos.

-Solo quiero decirte Marche, que la he pasado muy bien contigo.-Ella se acercó y le dio un beso en la mejilla sin ningún tipo de nerviosismo.

-Yo también la he pasado genial.-Contesto, pero después le dio una amplia sonrisa a Ritz. Mientras añadía alegre.- ¿Pero no creerás que hemos terminado nuestra cita, verdad? ¡Aún podemos divertirnos!

El rubio tomo la mano de Ritz y empezó a adentrarse más en el agua del río y luego se zambullo como pudo, tirando a Ritz con él. Ella al principio estaba algo molesta pero después empezó a tirarle agua a Marche y viceversa, mientras las risas y carcajadas se hacían presentes.

Ya es hora, Marche, tienes que hacerlo.

El rubio tomo de la mano a Ritz y la levantó, el agua llegaba hasta un poco más abajo de sus rodillas, el tomo valor y recordó el consejo de Montblac.

-¡Se tú mismo!- Le había dicho su pequeño amigo

Lo haré.

-Ritz...-Empezó, ante la expectante mirada de ella.- No soy bueno confesando mis sentimientos, pero quiero decirte que... Yo... Em... Yo te... Amo.-Finalizo mientras bajaba la mirada con los ojos cerrados avergonzado.

Siempre le había costado expresar sus sentimientos con las personas, siendo que este desde que era pequeño estaba acostumbrado a no recibir tanto cariño, ya que las principales atenciones siempre se centraban en su hermano, desde que su padre murió la cosa fue a peor, no porque no tuviera sentimientos, sino que con el pasar de sus cosas expresarlos se había vuelto bastante difícil, incluso en este caso.

Se sentía algo nervioso al saber que Ritz no le contestaba, sin embargo poco a poco fue alzando su cabeza al escuchar risas provenientes de la peliblanca, ella tenía lágrimas en los ojos, Marche no podía descifrar porque estaba llorando, aunque las dos únicas posibilidades que se le vinieron a la cabeza no eran del todo malas;

1. Se reía por su tonta actitud e inexperiencia, llegando hasta el punto de llorar por la estupidez de él.

2. Estaba tan feliz de que Marche se confesara que no pudo evitar llorar

Ella aun riendo le dio un empujón que lo hundió de nuevo en el agua, mientras un riéndose decía:

-¡Lo siento! Es que me da risa tu manera de decir las cosas, ¿En serio era tan difícil decir un simple te amo? ¡Venga, Marche, yo también te am...!

-¡AHHHHHHHHHHHH!- Se escuchó un grito a la lejanía, seguido del sonido de madera cayendo y un fuerte golpe. Alguien se había caído y en definitiva se había lastimado bastante.

-¿Marche, eso es...?-Empezó Ritz, pero fue rápidamente interrumpida por Marche.

-¡Nada, yo no escuche nada!-Dijo en voz alta nervioso

Ritz dio una pequeña sonrisa, y luego de sentó (Y hundió) en el agua, le llegaba hasta un poco debajo del cuello, se acercó poco a poco al rubio.

-En resumen, Marche. También te amo.-Dijo ella.

Estaba muy cerca, Marche admiraba cada facción de rostro, de sus lindos ojos se brillaban gracias al brillo del mar que se reflejaba en sus ojos le daba un aspecto misteriosos, pero a la vez hermoso, sus labios, simplemente perfectos a la vista de Marche, que los tenia entre abiertos, dándole un aspecto sexy y frágil, su mirada llena de amor que a Marche le transmitía.

Poco a poco fue acercando su cara a la de ella, ella empezó a cerrar sus ojos esperando el tan ansiado beso, hasta que finalmente unieron sus labios, el beso fue algo torpe debido a la inexperiencia de ellos en relaciones románticas, sin embargo, aunque torpe estaba cargado de amor y de ternura, se separaron despacio mientras abrían los ojos para verse mutuamente.

-Te amo, Ritz... Eres mi linda fantasía.

-Yo también te amo Marche.-Contesto ella para luego fundirse en otro beso de nuevo, siguieron así hasta que un grito ajeno hizo que ambos se separaran y miraran a la orilla del rio.

Eran los chicos, Montblac, Shara y Doned.

El Moguri cargaba una expresión iracunda en el rostro... A parte de un ojo morado, pero no de la caída, sino de un golpe que Shara le dio por haberlos hechos caer.

La viera estaba aparentemente bien, tenía una expresión de alegría disimulada en el rostro, mientras que ayudaba a Doned a mantenerse de pie.

Doned por su parte era el que peor estaba, su cabeza sangraba y tenía una expresión dolorosa, sin embargo fue capaz de sonreír y alzar el pulgar hacían su hermano.

-¿Vamos?-Le pregunto Ritz a Marche mientras lo tomaba de la mano para ir hacia donde estaban los demás.

FIN


Mi linda fantasia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora