Momentos ¦ Devie [COMPLETA]

Gripe ¦ Devie

Voy caminando con Mal a mi lado, ella me platica sobre su tercera cita con Ben y lo bien que la pasó, aunque triste porque no se besaron. Intento consolarla en lo que llegamos al salón donde nos dan clase de Historia de Cuentos de Hadas. Mis ojos rápidamente buscan al chico de gafas que últimamente me traía suspirando su nombre. Vaya decepción me llevo al no encontrarlo en su sitio leyendo un libro como es habitual. Mi mejor amiga pronto nota que algo no va bien.

—Seguro se quedó dormido, E. Dale un respiro —ríe tomando mi mano para guiarme a la mesa que compartíamos.

—Él es muy puntual— me quejo, viendo como todos se sentaban en sus lugares —¿Y si le pasó algo?

—No exageres.

—No lo he visto desde el viernes— susurro, sin poder evitar que el sentimiento de preocupación aparezca.

—Ya aparecerá— me enoja que le reste importancia, por lo que giro mi cabeza molesta hacia el otro lado— Vamos, Evie, si le hubiera pasado algo ya lo sabríamos. Aquí nada dura en secreto.

Tenía razón. Hago un mohín con mis labios y recargo mi cabeza en su hombro hasta que llega el profesor.

Doug no apareció ni en esa ni en las siguientes clases, aumentando mi preocupación. Lo peor es que no sabía donde buscarlo e ir a su habitación no era una opción. Ni siquiera somos novios ni algo parecido. Aún no admito abiertamente mis sentimientos a pesar de que en cada oportunidad él me demuestra y dice lo que siente por mí sin peros. Es paciente respecto a eso, dándome espacio y sin presionarme. Claro que lo quiero, desde que él vio en mí algo más que una cara bonita.

Pero tenía miedo de decirle.

Me despido de Mal en la salida sin ánimos de ir con ella y los chicos a un café para celebrar otra victoria en el torney. Ellos se opusieron y quisieron llevarme a la fuerza, pero una amenaza verbal bastó para que desistieran. Ahora me dirijo a mi habitación triste y preocupada. ¿Dónde estás, Doug?

Suspiro y meto la llave en la cerradura de mi puerta antes de escuchar un sonido de un estornudo que me distrae y hace que voltee al final del pasillo. Ahí está Doug. Un Doug en pijama y con un muy mal aspecto. Tiene la nariz roja, los ojos brillantes y un gorro de lana cubriendo su cabello mal colocado. Aún así me sonríe, y dejo escapar el aire que hasta ese momento no sabía que retenía.

Me acerco a él a pasos rápidos, pero antes de poder abrazarlo él alza las manos para impedir que me acerque más. Auch.

—Evie— su voz suena rasposa y tose un poco tapándose con rapidez la boca— Do te quero contagiar— dice, o lo intenta, porque estornuda apenas termina.

Que lindo...

—¿Cómo se te ocurre salir de tu cuarto así?— lo regaño y tomo su brazo para ingresarlo a mi habitación, él intenta detenerme pero aprovecho su debilidad y lo empujo hasta que accede— Acuéstate— ordeno señalando mi cama, eso lo hace sin mucho pero. Hago a un lado los peluches y ropa que hay encima.

—Quedía verte... —toma mi mano y dejo de acomodar mis cosas para mirarlo. Toco su frente con el dorso de mi mano.

—Estás ardiendo en fiebre, Doug— contesto para evitar decirle que también moría de ganas de verlo y lo emocionada que estoy por sus palabras. Aún así me preocupa su estado— Necesitas un doctor. Vamos, te llevaré.

—Evie— me llama de nuevo. Lo miro, sus ojos verdes brillan tanto que pienso que llorará— Dolo es gipe.

—¿De verdad?

—Decesito deposo y ya— dice. Paso mi mano por su rostro y acaricio su piel que arde. El cierra los ojos—Te edtañaba. Mucho— murmura despacio, y sé que se quedará dormido muy pronto. Así que permito revelarle lo que tanto quiero decirle.

—Yo también te extrañé hoy. Creí que algo malo te había pasado... No vuelvas a asustarme así. No sé que haría si te pierdo.

Sonríe sin abrir los ojos. Luce tan débil y enfermo... Me inclinó y beso superficialmente su labios entre abiertos cuando sé que ya duerme. Un contacto simple pero significativo que me hace suspirar. Sus labios también están calientes.

—Recuperate pronto. Nuestro primer beso debe ser especial y no así— murmuro antes de separarme.