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— Hola.

Una voz femenina fue lo que se escuchó después de que el azabache contestara la llamada.

— ¿Quién eres?

Esa voz era de una mujer mayor, eso creía el, ya que su voz se oía tosca y grave.

— Disculpe, ¿Pero esto es Plastic Beach?

— Lo es, ¿Algún problema?

Murdoc pensaba que era otra resección que lo llamaba para advertirle sobre la contaminación tóxica que estaba causando su isla.

— Oh, que bien, creí que me había equivocado— La mujer hablo, salvandola de que su llamaba estaba a punto de ser colgada por su receptor— Buenas tardes, vengo a hablar con usted.

— ¿Acaso tengo interés de hablar con una desconocida?

— Oh, créeme, le va a interesar bastante, Murdoc Niccals.

Después de un silencio sepulcral, unos pequeños ruidos y respiraciones no humanas, hicieron que Murdoc se le pusiera los pelos de punta.

— ¿Hola?

La respiración seguía ahí.

"Será mejor que le hagas caso"

Escucho decir detrás de él, volteo a ver asustado, no había nada.

— Creí que habías colgado— dijo la mujer un poco impresionada— tuve problemas con mi gato, por eso tarde.

Murdoc quedó pensando un momento, ¿Ese era Boogieman? ¿Por qué aparece en este momento?

— Respecto a lo que te hable— la femenina volvió a romper el silencio— ¿Estás dispuesto a escucharme?

A Murdoc, tal vez, solo tal vez, le incumbía.

— ¿Cómo te llamas?

— Puedes llamarme como tú quieras, no hay problema con eso, tan solo escuchame, Murdoc.

Colgó.

Remember meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora