Cuento de hadas al estilo KnB ◆Terminado◆

🐠La Sirenita [Akafuri]🐠

Aclaraciones: Las letras en cursiva significan la narración del cuento.

Advertencia: Este capítulo contiene algunas escenas sexuales, si no te gustan este tipo de situaciones, mejor es no leer; pero como sé que les encanta, espero que disfruten el capítulo (͡° ͜ʖ ͡°)

Había una vez un reino submarino, en donde un gran, poderoso y amado Rey, gobernaba. De su sangre, diez herederas nacieron, siendo la menor, la pequeña Akashi Seijuuro.

Okey, el pelirrojo estaba confundido y perturbado en demasía ¿Cómo es que podía respirar bajo el agua? ¿Porqué no tenía piernas y en su lugar tenía una gran aleta de pez, verde? ¿Dónde estaba su Kouki? ¿Y qué rayos hacía, él, ahí?

Sus diez herederas habían sufrido mucho ante la pérdida de su madre, a manos de los repugnantes humanos.

¿Esa era la voz de Taiga? ¿De dónde provenía?

El gran Rey Masaomi, había organizado una pequeña fiesta en la que sus hijas participarían y la cual estaba dirigida por su mano derecha.

Un cangrejo.

-...Rey Masaomi...-Decía el crustáceo mientras el mencionado hacía aparición en la sala de presentaciones.

-...Taiga...-Saludó al animalillo-...Espero que esta noche no salga nada mal...-Sonrió un poco, lo que hizo que el crustáceo tragara saliva levemente.

-...Yo espero eso también, señor...-Susurró mientras se acercaba a la tarima principal y daba inicio a la función.

Las diez princesas estaban destinadas a aparecer en aquel musical, planeado por el crustáceo. La primera en aparecer fué Aomine, con su larga aleta de color azul; le siguió Araki, con su aleta de color gris; Aida, con su aleta color cobrizo y Atsushi, con su aleta morada, le siguieron; Hayama, con su aleta dorada, Hanamiya, con su aleta verde aqua, Hayakawa, con su aleta castaña, Hara, con su aleta lila y Haizaki, con su aleta blanca, fueron los últimos en aparecer. Todos bailaban alrededor de una gran ostra, que se abrió, haciendo que todos jadearan al ver que se encontraba vacía.

-...¡¿Donde está Akashi?! -Exclamó el mayor, apuntando al cangrejo con su gran tridente de oro.

Mientras esto sucedía en la sala de espectáculos, la pequeña Akashi nadaba junto a su fiel amigo, hacia un buque hundido.

-...Esto es más extraño aún...-Murmuró para sí, al verse nadando junto a un pez dorado con emoción en su mirada.

-...¡Wahhhh! ¡Akashicchi! ¡No deberíamos ir ahí! -Intentaba detenerlo.

-...Dices eso, cuando tú eres quién va llegando al barco...-Mencionó con una gota de sudor en su frente.

A pesar de que el Rey Masaomi se lo había prohibido rotundamente, la pequeña Akashi iba y venía de buques hundidos, buscando los misteriosos y preciosos objetos que los humanos dejaban olvidados ahí.

-...¡Akashicchi! ¡Mira! -Señaló el pez gritón-...¿Qué es eso? -Preguntó mientras la sirena tomaba aquello.

-...Ryota...Es un tenedor...-Otra gota de sudor bajó por su frente.

-...¿Te...nedor? -El pez no entendía-...No creo que sea eso, Akashicchi...

-...No, Ryota...Estoy seguro que eso es...-Dijo mientras lo guardaba en la bolsa que llevaba.

-...Mejor le preguntaremos a Momoicchi...Ella si sabrá lo que es...-Sonrió y siguió buscando cosas por ahí.

-...¿Osas decir que mis conocimientos son pocos, Ryota? -Una vena se marcó en su frente.