Cuento de hadas al estilo KnB ◆Terminado◆

🎐Mulán [Kiyohyuu]🎐

Aclaraciones: Las letras en cursiva significan la narración del cuento.

Advertencia: Este capítulo contiene algunas escenas sexuales, si no te gustan esas situaciones, mejor no leas; pero como sé que les encanta, espero que disfruten el capítulo (͡° ͜ʖ ͡°)

Había una vez una tierra lejana. La gran y majestuosa China. Tenía una muralla enorme y que parecía no tener fin, que prohibía el paso de los bandidos al gran imperio, aunque no fué problema para los "Hunos", quienes cruzaron la muralla fácilmente. Por suerte los guardias que vigilaban la estructura, lograron avisar de la amenaza de su invasión.

El emperador, al sentirse amenazado por la llegada de sus enemigos, ordenó que sus tropas fueran preparadas para la batalla y que se reclutara a los varones de las familias de guerreros importantes de toda la nación. Y así se hizo.

Lo que nos lleva a la actualidad, en donde una joven de cabellos negros, se preparaba para su gran día.

-...A ver...¿Qué mas olvido...? -Sonrió ladino mientras apuntaba en su manos, con tinta-...Ah...Casi se me olvida..."Buscar a Teppei"...-Apuntó debajo de otras tres oraciones más.

"Buscar a Teppei"

"Sacarse Selfies frente al castillo del emperador"

"No usar vestidos jamás"

"Hacer que Furi convenza a Akashi de ponerle triple entrenamiento a Hayama Kotaro"

Eso era lo que debía recordar.

-...¡Ya es tarde! -Exclamó, saltando de su lugar. Corrió hasta la cocina y buscó con su mirada a su fiel y leal compañero-...¡Hermanito! ¡Hermanito! ¡¿Dónde estás, mierda?! -Bajó la mirada y se encontró con el perro-...Joder, contesta cuando te llaman...-Peinó su pelo hacía atrás-...Venga...Vamos a comenzar a trabajar...-Sonrió y le puso los implementos de "trabajo".

Mientras que la joven pelinegra se hacía cargo de las labores domésticas, en el templo en donde sus ancestros recidían, su padre se encontraba orando por ella.

-...Por favor, ayuden a Jumpei para le vaya bien con la casamentera...-Dijo el pelinegro, y en eso el canino entró ahí, siendo perseguido por varias de sus regordetas gallinas-...De verdad...Necesita mucha ayuda...-Lloriqueó.

-...¡Padre! -Exclamó llegando hasta él-...Oye, de verdad te cae bien la barba, Moriyama...-Sonrió al verlo.

-...Jumpei...

-...Recuerda que el doctor dijo que dos tazas de té en la mañana y dos en la tarde...-Sonrió mientras le servía el líquido al mayor.

-...Jumpei...-Tomó el vaso que le ofrecía-...¿No deberías estar en el pueblo ahora? Recuerda que debes...

-...Sí, sí...-Rodó los ojos-...Debo dar honor a la familia...-Sonrió-...Tranquilo...Lo haré bien...-Dijo antes de marcharse de ahí.

-...Creo...Creo que iré a orar otro poco...-Dijo con una gota de sudor en su frente.

La joven tomó a su precioso corcel negro, y con él se marchó al pueblo, en donde su madre y su abuela, la esperaban, algo preocupadas.

-...Caray...Es tarde ¿En dónde está? -El pelinegro miraba entre todos los comerciantes, tratando de ver si su hija venía-...Espero que los ancestros nos ayuden...

-...¿Cómo rayos van a ayudar, eh? ¡Ya están muertos! -Dijo con incredulidad.

-...No digas eso, mamá...-Murmuró el pelinegro, con una gota de sudor en su frente.