Cuento de hadas al estilo KnB ◆Terminado◆

🐇Alicia en el país de las maravillas [Kotamayu]🐇

Aclaraciones: Las letras en cursiva significan la narración del cuento.

Advertencia: Este capítulo contiene algunas escenas sexuales, si no te gustan esas situaciones, mejor no leas; pero como sé que les encanta, espero que disfruten el capítulo (͡° ͜ʖ ͡°)

Había una vez en un pequeño parque, bajo la sombra de un gran sauce, una niña de cabellos rubios y hermosos ojos verdes, llenos de vida. Junto a ella, estaba su hermana mayor, quién intentaba darle clases.

-...Hayama...Ey, Hayama...Préstame atención o la piña de la merienda acabará en un lugar que no te gustará...-Sonrió inocentemente

-...¿Eh? -El rubio abrió sus ojos lentamente y trató de reconocer el lugar en donde se encontraba-...¡¿Eh?!

-...¡No grites! -Le lanzó un libro-...Mierda...No sé como es que somos hermanos...-Resopló molesto.

-...¡Tú eres Miyaji! -Lo señaló, sorprendido.

-...Nooooooo...¿Enserio? -Dijo sarcástico.

-...¿En dónde estoy? ¡¿Y Chihiro?! -Preguntó alarmado, buscando a su pareja por todas partes.

-...¿Chihiro? -El contrario enarcó una ceja-...¿Quién es Chihiro? ¿Algún autor de novela?

-...¡No! B-Bueno...Está escribiendo una novela...¡Pero eso no importa! ¡Debo encontrar a Chihiro! -Se levantó, dejando caer al gato que estaba descansando sobre la faldilla de su vestido.

-...¡Oye! ¡Cuidado con Reo! ¡Ella no tiene la culpa de nada! -Le regañó, tomando a la gata negra en manos-...Ahora déjate de estupideces y vamos a terminar de estudiar.

-...¡No quiero! -Pucheó-...¡Quiero buscar a Chihiro! ¡Ayúdame a buscarlo, Miyaji!

-...Si...Ehhhhhh...No...Creo que no...-Sonrió, acariciando al felino de pelaje negro.

-...¡Te voy a acusar con Otsubo! -Exclamó cabreado y le dió la espalda. Fué entonces que se percató de una orejas que resaltaban de los arbutos a su alrededor.

Miró fijamente hacia donde se movían y se pronto ¡Puf! Salió el albino, quien le miró unos segundos, sonrió ladino y comenzó a correr hacia el bosque. Kotaro estaba en shock, pero no demoró en seguirlo.

La pequeña Kotaro persiguió al conejo hasta su madriguera, en la cual calló. El agujero era extenso y las cosas parecían ir hacia arriba en lugar de abajo. Cuando llegó al final del túnel, se encontraba en una extraña y gran sala, con una puerta pequeña. Era muy grande para caber por ahí.

-...Primero estoy usando este feo vestido y ahora no puedo salir de aquí...Genial...-Rodó los ojos, irónicamente.

Pero para suerte de la rubia, una mesa hizo aparición y sobre ella estaba una botellita que decía "Bébeme". La niña lo pensó primero, pero luego lo bebió, encogiéndose al tamaño de un ratón. Ahora que tenía el tamaño adecuado, abrir la puerta sería sencillo, o eso fué lo que pensó. Mas no contó con que la puerta estuviese cerrada con llave y que la misma se encontrara sobre la mesa. Ahora tenía ese problema, aunque lo resolvió al comer una galletita que había aparecido de la nada y que decía "Cómeme". Sin embargo, esta la hizo crecer hasta llegar al techo. Al menos ahora podía tomar la llave y bebiendo el resto del líquido, se encogió y al fin pudo abrir la puerta y pasar a través de ella.

Una gota de sudor bajó por su frente ¿Estaba soñando? Mejor dicho, estaba alucinando. Ese lugar era sumamente extraño y familiar.

Muy familiar.

En lo que la rubia caminaba, observando todo a su alrededor, dos personas la iban siguiendo, sin que se diese cuenta.

Kotaro se encogió en su lugar. Se sentía observado. Volteó y no había nadie, pero cuando volvió a ver al frente, gritó al ver a los estadounidenses.