1. Esto no puede ser cierto

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¡Cariño ya llegué!, saludo al cruzar por la puerta, que me va a escuchar si tiene música, me contesto a mi misma, mientras dejo mis cosas en la sala, voy a la cocina y no esta,  ¿dónde estará? si su auto está afuera.

Subo a hacia nuestra habitación, es una casa pequeña pero acogedora, fue un viaje agotador, necesito una ducha. Pienso mientras me quito el abrigo y me dirijo a la escalera.

Me detengo de golpe cuando oigo ruidos, eso es ¿un gemido? Me quedo pensando, esa voz, ¡Esa es la voz de mi hermana!, ¡Ahora si la mato, mi casa no es su motel!

Subo las escaleras prácticamente corriendo, me acerco rápidamente a la habitación y se escuchan más y más seguidos, hasta que escucho -vente conmigo Katia-.

¡No!, no esto no puede ser cierto, <tapo mi boca con mi mano, mi corazón late a mil por hora> Robert no puede estar con Katia mi hermana gemela, esto tiene que ser un error, repito como un mantra en mi mente.

Tomo valor y abro la puerta que esta medio abierta, tomo aire, abro los ojos y siento como mi corazón se rompe en pedazos.

La imagen es horrorosa, ¡Robert tiene en cuatro a mi hermana!

¡¡¿Qué significa esto Robert?!! Grito con todas las fuerzas de mi ser.

Ambos voltean a mirar, la cara de Katia es todo un poema, Robert más pálido que un papel.

-Blair amor, déjame explicarte- como puede se baja de la cama y se tapa con el edredón

¿Amor?, ¡Amor nada¡, ¡hasta aquí llega lo nuestro!, grito tirando el anillo de compromiso.

Eres una perra, maldita zorra, como pudiste, me abalanzo hacia ella, la cojo de su cabello y  la saco de la cama, arrojándola al piso.

-jajajajaj, eres tan predecible hermanita-, me contesta de una forma tan sínica, se pone de pie, aun desnuda, sin pudor alguno.

Veo a Robert tratar de acercarse -Calmate, Blair, por favor- dice de un tono tan sutil, como pide que me calme en este tipo de situación.

 -Porque mejor no te largas, no ves que la pasamos mejor sin ti, ¡largate!, exlaclama katia que ya se ha tapado con una sabana y esta sentada en la cama.

No, aquí la que te largas eres tu maldita zorra, digo sacándola a empujones de la habitación, Robert recoge la ropa del suelo y se la pasa.

Y tu, ni creas que te vas a quedar aquí le grito, cierro la puerta de un portazo. 

No puedo creer lo que esta pasando, ellos como pudieron hacerme esto, limpio las lagrimas, con el dorso de mi mano, tomo la lampara que esta en la mesita de noche y la lanzo contra la pared, donde están nuestros cuadros, unos cuantos caen al piso, saco las fotografías y empiezo a romper una por una 

Salgo de ahí con el alma hecha de pedazos, bajo la escalera para mi sorpresa Katia ya se ha ido pero Robert esta en la sala, al verme se acerca rápidamente.

-Blair, por favor hablemos, toma mi mano, pero me suelto de su a garre, tomo mi maleta y voy a hacia la puerta.

El que debería irse eres tu, pero esta es tu casa solo por eso me marcho yo, le digo sin voltear a mirar, abro la puerta y me dirijo al auto, limpio mis lagrimas, debe ser un culebrón para los vecinos, están asomados en las ventanas pero que vergüenza.

Guardo mi maleta en el auto, subo y no puedo parar de llorar, me recuesto sobre el volante del auto y no puedo parar de llorar, mi hermana y el amor de mi vida, "mi prometido" ¿Cómo pudieron hacerme eso?

Lloro, desconsolada, escucho abrir la puerta del auto volteo a mirar y es Robert, me mira, trata de tocarme pero lo empujo, cierro la puerta del auto, bajo la ventana, -nunca, pero nunca en tu vida te atrevas a tocarme de nuevo, enciendo el auto y empiezo a retroceder, Robert avanza a paso rápido en mi dirección.

-¡Blair no te vayas!, ¡hablemos!, es lo último que escucho alejándome de aquel horrible lugar, que alguna vez fue nuestro hogar.

TE AME SIN DARME CUENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora