Fresa

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VII

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VII

Naruto Rosemberguer

Contuve con toda la voluntad que poseía mi verdadera naturaleza, aquella que me hacía odiarme por sentir, por ponerme sediento de la dulce sangre que corre por las venas de la mujer que estoy queriendo.
Dudo que me atrae exactamente, quizás sea lo que me provoca beberla, tal vez su manera de ver el mundo, su amor por el arte, su manera culta de hablar, su risa, su aroma, su tono de voz, su calidez, o quizás su descomunal belleza. Tiene todo lo que siempre espere de una mujer. Supongo que es todo en conjunto.
No puedo evitar querer besarla cuando la veo, incluso más, quiero más, la deseo de todas las formas posibles.
Ella ha dicho que tendrá paciencia, pero entiendo porque habla a futuro, uno en el que estamos juntos, cuando ella va a casarse.

Le he escrito mis sentimientos, algo que jamás me había visto dispuesto a hacer, con todos los años que me caen encima, no sentí la necesidad ni las ganas de realizar aquello para alguien más.
Pero ella los ha correspondido sin tener miedo, siendo impulsiva, una romántica arriesgada. Sin conocer el monstruo que en verdad soy.
Me cuesta dejarla ir, pero me ha hecho feliz por venir a verme. Aunque me he visto comprometido a una cena formal a la que no me apetece ir. No me interesa conocer humanos, simples mortales aburridos.

Pasó el tiempo tan de prisa que no pensé en lo peligroso que pudo haber sido dejar a Sasuke rodeado de tantas mujeres, aun sin cenar.
Traté de mantener la calma mientras caminaba junto con Hinata por el pasillo, rogándole al destino que no les haya hecho nada.

— ¿Está todo bien? — escucho preguntar a Hinata.

— Lo está — respondo, y para mi alivio su sonrisa me ha hecho calmar.

Hinata empezaba a hablarme de lo mucho que le habían gustado mi biblioteca... causando el mayor asombro, como si fuese posible aún; tuve la sensación de querer dárselo todo, todo en cuanto poseía, y mi vida misma de ser precisa.

Al bajar a la sala pude ver a mi hermano conversar alguna de sus tantas historias que entretenían a quien los escuchase. En sus momentos de buen humor platicaba, no se mostraba como era de verdad, fingía tan bien.
Sakura lo miraba y sonreía para él todo el tiempo, bailaba y reía fuerte por toda la mansión cual niña pequeña. Era como un cachorro, un gatito acogido.

Las damas de Hinata habían tenido una noche amena, y era algo que tenía que agradecerle luego a Sasuke.

Hinata se marcha en su carruaje, alcanzo a seguir viendo su rostro por la ventana, sus mujeres le hablan para entretela, pero puedo sentir que su mente está lejos de allí.

Me siento frente a Sasuke en el salón de visitas. Sakura nos mira sentada sobre una pequeña silla, alzando sus piernas descubiertas, comiendo fresas jugosas. Sin duda la vista era todo un deleite masculino.

—Hemos de ir al palacio del emperador, nos ha invitado a una cena — empiezo a decir

— Entonces a eso ha venido, la misma emperatriz en persona, si que tienes suerte Naruto— responde Sasuke con  un mínimo asombro fingido

Emperatriz / NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora