El aroma del café

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XIV

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XIV

Hinata bebía del brazo de Naruto, saboreando también cada gota de la sangre que él le ofrecía; aferrándose hambrienta para volver a nacer, y a la nueva vida que supondría tener ahora. Transformando su naturaleza, siendo un vampiro.
Delgados hilos de sangre se regaban de la comisura de aquellos femeninos labios. Naruto volvió a besarla antes de que ella se desmayara. No podía negar que se sentía preso del pánico. Temía por lo que había hecho, temía por si ella no despertase.
Acomodó su cabeza en la almohada y retiró algunos cabellos estorbosos de su rostro. No tenía dudas de que se había enamorado de ella, la amaba incluso mucho más que así mismo, mucho más que a todo en cuanto poseía.
Se sentó sobre el sofá lateral a la cama en espera. Atento, hasta que ella abriese los ojos.

Los minutos se trasformaban en horas. La impaciencia se abría paso sin poder evitarla. Hinata no tenía color en su cuerpo, era un ser inerte y vacío. Hasta que repentinamente el carmín natural de sus mejillas se adueña de ella. Su cabello vuelve a brillar, sus dedos se mueven al igual que sus párpados. Hasta que sus ojos se abren de inmediato. Y por su puesto que fue una maravilla ver a semejante mujer. Sus pupilas como perlas eran adornadas por espesas pestañas. Su oscuro cabello azulino, lacio y largo estaba suelto cayendo sobre sus delgados hombros . Y su corazón tuvo un vuelco de adrenalina intensa.
Naruto se acercó a ella, quien sonrió en cuanto lo vio, y fue testigo de aquella sonrisa dueña de perfectos colmillos que solo la volvían aún más hermosa para él, y para quien sea capaz apreciar el arte.

-Al fin despiertas - Se acercó hasta ella y la besó.

Ella correspondió a sus deseos, también gustosa al placer. Se besaron como dos bestias, sus lenguas exigían más la una a la otra. Naruto se despojada de sus ropas para así volver a ser dueño de ese cautivador cuerpo. Y besó cada parte de el. Como si fuese la primera vez.
La embestía tanto como sus ganas lo permitían, Hinata ya no conocería mayor placer que aquel, y no hacía falta. Los besos no se detenian junto con las miles caricias, sus colmillos no desaparecían de su boca, la de ambos. Fueron protagonista del mejor orgasmo, en aquella noche en donde todo había cambiado.

~

Olía a dulce, se sentía el leve aire empalagador por la habitación de Sakura. En donde ella sentía que podría ser feliz. El paisaje de la ventana era una vista totalmente nueva y por descubrir. Se emocionaba con el sabor de las fresas, tan iguales a las de Nueva Orleans, pero ella le había sentido algo distinto, o al menos así le gustaba pensar.

Sausuke se encontraba ausente, había salido junto a Naruto por asuntos de unas tierras que habían puesto en venta. No se trataba de la antigua casa, aquella quedaría intacta como el mejor recuerdo de América.

Aprovechando el tiempo a solas, Sakura buscó a Hinata en su habitacion, algo lejana a la suya. La mansión era enorme y lujosa, y para Sakura era fácil aburrirse. La vio concentrada en los libros que leía con tanta atención. Pero con una aura distinta. Ahora veía a una vampiro como ella.

Emperatriz / NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora