Capítulo 3.

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Entré en la cocina con la mejor sonrisa que pude fingir, encontrándome con los ojos preocupados de Mich, la mirada de mi hermano que decía claramente "ya te he advertido", y la sonrisa pícara de Tayler. 

Esto último me hizo fruncir el ceño, ¿Qué le hacía tanta gracia? 

-Tengo monos en la cara, ¿verdad? -Dije mirándole fíjamente, y su sonrisa se desvaneció. 

-Posiblemente. -Dijo, haciéndo a Mich y Liam estallar en una risa. 

Susurré un pequeño "no te aguanto" para mi misma, no le aguantaba, no entiendo como puede ser tan idiota, y mucho menos en mi casa (la de mi hermano, pero ahora también mía) 

Salí de la habitación malhumorada, con mis manos a cada lado de mis caderas en forma de puño, y bufando. 

Una mano me detuvo y me volví para ver a Tayler con el ceño fruncido. Rodé los ojos y me solté de su agarre, mirándole con asco. 

-¿Qué pasa contigo? Se supone que es una reunión de amigos, y la estás arruinando. 

-Si, bueno, no eres mi amigo, ¿está bien? No me gustas, no me caes bien, y a demás, has destrozado mi..-Me interrumpió.

-En cuanto a eso, aquí tienes. -Sacó de su bolsillo un xperia Z1 y me lo entregó. Lo miré por unos segundos y luego le miré a él frunciéndo el ceño. Negué con la cabeza. 

-¿Por qué? -Pregunté. 

-Me lo puedo permitir.- Se encogió de hombros. -Por cierto, Ali. -Le miré aun atónita. -Tu tampoco me gustas, pero ahora vamos a vernos mas de lo deseado. -Sonrió con picardía y volvió a la cocina, donde, desde el pasillo, pude ver como la luz iluminaba a Liam y Mich, quienes se miraban incómodos.

Tay entró, y Liam puso toda su atención en él, tendiéndole una cerveza. Mientras ambos reían, observé como Mich miraba al suelo, cualquiera que no la conociera, diría que ella estaba incómoda, pero yo se que ella solo está triste.

Solté un gran suspiro que estuve conteniendo mientras miraba la escena y volví a mi habitación. Las últimas palabras que Tay me dijo resonaban en mi cabeza. "Tu tampoco me gustas" 

No entendía por que me molestaba, si yo no le gustaba a nadie. Es mas, a mi él no me gustaba. Vale que fuese atractivo, y muy guapo. Pero es un imbécil. Un imbécil notable. 

Seguro que era el típico que cada día llevaba a una zorra nueva a su cama, y al día siguiente las echaba, seguro que mi hermano se refería a eso cuando me dijo que él me haría daño. Pero no me lo hará por que no caeré en su juego. 

Yo no seré su pasatiempo. 

Dejé mi teléfono nuevo sobre la mesa y me tendí sobre la cama en mi nueva y diminuta habitación. 

Abrí los párpados encontrándome con la oscuridad invadiendo mi habitación. Observé a una persona al pié de mi cama, sentada. 

Era un chico, llevaba un abrigo con plumas en el gorro, y miraba fíjamente a la pared, con sus manos entrelazadas entre sus piernas, dándome una perfecta toma de su perfil.

Me incorporé un poco para divisar mejor de quien se trataba. Y, efectívamente, se trataba de quien yo pensaba. 

Mis ojos se abrieron como platos, y mi garganta amenazaba con gritar. 

El chico se dió cuenta de que desperté y se acercó a mi, tapándo mi boca con sus manos y mirándo hacia la puerta por si aparecía alguien. Miré el reloj que se encontraba en la pared que él miraba, esta marcaba las 4:01 a.m. 

Don't judge me *COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora