Capítulo 4.

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Notaba como se paralizaba mi corazón cuando mi mirada asustada, se cruzaba con la mirada asesina de Tayler. Parpadeé un par de veces, notando el aire pesado en el coche y como me estaba empezando a agobiar. 

-Abre la ventana, por favor. -Supliqué sintiendo mi cara sudar y las lágrimas queriendo salir de mis ojos. 

-No. -Dijo firme, aun mirándome desafiante. 

-Abre la puta puerta joder. -Grité pasando mis manos por mi pelo, intentando hacer movimientos para poder respirar

De pequeña, con diez años, me quedé encerrada en el vestidor de mamá durante horas, y entré en pánico. Recuerdo que desde ese día no hablaba con nadie en casa, no salía de mi habitación y pasaba todo el día llorando. Ni siquiera iba al colegio. 

Los médicos me confirmaron que era claustrofóbica (es decir, que entro en pánico cuando me siento encerrada en espacios pequeños) y que el trauma me perseguiría. 

Nadie sabía esto, ni siquiera Liam, ni Mich. Y no tenía intención de contárselo a Tayler

-Joder, Tayler, necesito aire, joder. -Grité desesperada, notando mis lágrimas caer, pero no me importaba. 

-Alisson, no voy a hacerte daño, no llores. -¿De qué coño estaba hablando? 

-Me da igual si me haces daño o no, pero abre una puta ventana, joder -Lo miré y lo divisé contemplándome intentando deducir mi estado. -¡Que la abras! -Grité cuando vi que no reaccionaba. 

Tayler pulsó un botón en su posabrazos y la ventana comenzó a bajar. Asomé mi cabeza por la ventana en busca de aire, cerrando los ojos e intentando mantener mi respiración constante. Algún que otro sollozo se escapaba de mi boca. 

-Alisson. -Dijo. No respondí y el siguió hablando. -¿Eres clautrofóbica? 

-Déjame salir. -Dije con mi voz quebrada. 

-Contéstame, joder. -Prácticamente gritó. Le miré y el agachó la cabeza. -Lo siento. -Susurró y volvió a mirarme. -Vamos, te dejaré en el trabajo, ¿dónde debo llevarte? -Pensé que él ya lo sabía 

-Iré caminando. -Dije conduciendo mi mano hasta el mango de la puerta para abrirla, inmediátamente noté la mano de Tayler suavemente sobre la mía y colocó mi mano sobre mi regazo. Le observé y negó con la cabeza 

-Alisson, es lo mínimo que puedo hacer, ayer me salvaste la vida. -Dijo avergonzado. Coloqué mi cara entre mis manos, tapándome prácticamente los ojos. -A demás, así podrás mirarte en el espejo y reconstruir tu moño despeinado. -Asentí convencida y le di la dirección del Starbucks (de ninguna manera le diría que soy la enchufada de papá)

Llegamos y por fin, desactivó las puertas del auto para que pudiera salir. Me apuré en abrirlas, y salí de este.

Me dirigí hasta la ventana del conductor mientas miraba mi reloj, aun tenía 20 minutos para comprar los cafés. 

Tayler dio un salto cuando aparecí en su ventana y logró hacerme sonreír por primera vez en el día. 

-Gracias por traerme. -Dije forzando una sonrisa 

-Perdón por presionarte, no se por qué pregunté esa tontería acorralándote, pero todos somos cotillas. -Se encogió de hombros y fue incapaz de mirarme a los ojos. 

Agarré su mentón y le obligue a que me miraba 

-Eh..-Susurré intentando hacerle sentir mejor. -No es tu culpa, tienes razón, a veces soy demasiado entrometida -Sonrió e intentó acariciar mi mejilla y rechisté. -Esto que te acabo de decir, no significa que me caigas bien o que me gustes. No me gustas, no me caes bien. Recuérdalo. 

Don't judge me *COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora