Capítulo 26

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*Narra Ali* 

Paso por al lado de Tayler, notando su ceño fruncido y una mirada dura sobre mi. 

Se que le molesta, pero lo mejor es no mostrar mi miedo, para no meterle en nada de esto. 

Soy consciente de que soy cómplice de el mayor de los delitos que se cometerá en New York en aproximádamente un mes. 

Suspiro y conduzco hasta la dirección que me ha ofrecido Julián, ese señor que hasta ahora Tayler llamó "El jefe". Me resulta raro llamarle Julián, así que le seguiré llamando Jefe. 

Aparco el coche y miro con una mueca el almacén que tengo delante. Saco la pistola que me ofreció el Jefe y entro sin llamar. 

Nada mas entrar, un chico se sorprende al verme. Es bastante guapo, sus ojos son azules, es moreno de piel y es castaño. Me mira con el ceño fruncido, pero al ver el arma en mi mano sonríe de lado. 

Va con una sudadera de marca adidas azul, y unos jeans claros. 

-Tu debes de ser la hija de Cooper. -Se acerca a mi y me tiende la mano. La acepto y la estrecho. 

-Llámame Ali. -Le digo cortésmente, manteniendo mi mirada seria. -Y tu debes de ser Mike si no me equivoco. 

-El mismo. -Sonríe. -Te envía Julio, por lo que veo. -Vuelve a sonreír y comienza a ponerme nerviosa tanta amabilidad. -Sígueme, Ali. 

Le sigo por el almacén hasta llegar a una sala donde varias siluetas de cartón, formando personas se encuentran en el final de la sala. Están agujereadas. 

-Creo que ya sabes el procedimiento. -Asiento. -si necesitas algo solo tienes que llamarme. -Sonríe por última vez y se marcha. 

Empuño la pistola y apunto a las siluetas. 

Primer disparo. Da a la pared, dos palmos mas arriba de la cabeza de una de las siluetas. 

Segundo disparo. Un palmo mas arriba. 

Tercer disparo. Directo al corazón. 

Sonrío triunfante. Sigo disparando y todos ellos van directos al corazón dibujado sobre las siluetas, salvo algunos que van directos a la cabeza por voluntad propia. 

Segunda silueta. Todas las balas van a su cabeza, y una a su brazo. 

Tercera silueta. Las pocas balas que quedan, se clavan en el centro de la cabeza. Sonrío triunfante. 

Busco por la habitación alguna señal de munición. Nada. Hago una mueca y grito. 

-¡Mike! -De un segundo a otro, se abre la puerta y entra corriendo. Respira aliviado cuando me ve de una pieza. Frunzo el ceño, pero ignoro lo que acaba de pasar. -Municiones. -Asiente y se dirige a una mesa. 

La abre y saca de ella un paquete de municiones. Me lo tiende en silencio mientras observa las siluetas con una sonrisa. 

-Dijiste que era tu primera vez, ¿No? -Alzo una ceja y Mike me mira. 

-Nunca te he dicho nada. -Mike suelta una carcajada. 

-Me gustas. -Dice entre risas. -Lástima que estés desperdiciando tiempo con Tayler. -Rueda los ojos. Frunzo el ceño. 

-¿Qué problema tienes tú con Tayler? -Gruño molesta, pero tratando de esconderlo. 

Mike alza una ceja y se sienta sobre la mesa. Me mira con una sonrisa burlona. 

-Es un idiota. -Dice como si fuese obvio. -Cree que puede reinar todo, y que el es el dueño de su propio destino. -Se pone serio. -Pero fíjate, estás aquí y eres su chica, eso explica que solo es un fantasma. -Siento ganas de reírme, pero no lo hago. 

Don't judge me *COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora