38 llamadas perdidas, y ahí venia la 39 que yo colgaría.
Mis ojos se hincharon de tanto llorar, así que no pude dormir en toda la noche...
No me di cuenta de que eran las seis de la mañana. Pasaron las horas hasta que conseguí dormirme.
Le conté a mi madre que dejé a Hugo, no me pidió motivos. Le dije que estaba con Jonathan y que me pidió matrimonio.
No me dijo nada, solo me felicitó.
Pasó una semana.
Lunes por la mañana, un rayo de luz entraba por la ventana iluminando por completo, me levanté para darme una ducha y refrescarme.-¿Lucía?
No respondí.
-Lucía, ¿estás ahí?
Era la voz de mi madre, me di cuenta que no abrí ni el bote de champú para ponérmelo.
-¡Lucía! -gritó-.
Salté del susto , apagué el grifo y me puse la toalla.
Abrí la puerta.-Dime...
-Hoy viene la familia de Jonathan, prepárate, ponte guapa cariño.Me sequé el pelo sin haberme duchado bien, mis ganas eran pocas.
Me vestí y salí al salón, donde esperaba la familia de él: Ana, sus padres y la abuela.-Sí, cuando se lo propuse se puso a saltar como loca -volteó Jonathan a verme- ¿o no es así Lucía?
Me senté al lado de mi madre y asentí con la cabeza forzando mi sonrisa.
La mirada de Jonathan seguía sobre mí, mientras que yo evitaba encontrarme con sus ojos.-Bueno, si lo has decidido tú, Lucía... Te felicito, estoy muy orgullosa de ti, quiero que seáis felices juntos -nos miró a los dos-.
-Bueno Julie, nosotros organizaremos la boda a la que va a ser mi nuera -sonrió su madre mostrando un diente dorado entre los otros-.Genial, una suegra.
Forcé una sonrisa mientras miraba en el suelo.-Oh... Yo puedo ayudar, créeme -dijo mi madre mientras me acariciaba la pierna-.
Me levanté y le hice señas a Jonathan para que me siguiera, lo llevé a mi habitación.
-¿Porqué me haces esto a mí?
-Siempre me he fijado en ti, ¿no te acuerdas? hace un año te acostaste conmigo -me puso una mano en mi hombro-.
-Pffff... A ti se te va, háztelo mirar -quité su mano de mi hombro-. Si me caso contigo, quiero que sepas que tu y yo no nos vamos a acostar.Se rió en mi cara. De pronto entró Ana.
-Lucía, nunca me dijiste que te gustaba mi hermano, eeeh -me guiño mientras me dio un golpe con su cadera-.
-Ya, bueno...
-Entenderás, entenderás chica...-Dijo refiriéndose a mí Jonathan-.Después de ese desayuno se fueron. Yo salí fuera a tomar aire. Cuando un sonido se me hizo familiar, el sonido de una moto que lo daba todo, montado iba él, Hugo. El chico que yo amaba.
Se bajó de la moto, haciéndome temblar. Mis ojos brillaban al verlo, y mi corazón iba muy rápido.
Se me quedó mirando y yo a él.-He... he escuchado que... bueno, que te casarás con Jonathan -bajó la cabeza-.
Lo miré con ganas de abrazarlo y de besarle, él sentía lo mismo, en su mirada se veía.
Me quedé bloqueada, sin decir nada, si decía algo, a lo mejor la cagaba más.-No, ya lo entiendo, él tiene su propia empresa, son los más ricos de la ciudad, pero... podías decírmelo -se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas-, no... no me lo esperaba.
Yo seguía sin decir nada, montó en su moto para irse.