Capítulo 10

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Un hermoso sábado por la mañana. Ahí estaba él, Hugo.
Él sin camiseta y yo en sostén.
Abrazados debajo de una sábana.

Me desperté por el ruido de varios vidrios rompiéndose. Me dirigí desde donde provenía el ruido, era la cocina.

-Mierda, mierda, mierda...- Escuché a Marina.
-Buenos días Marina. ¿Que haces? Huele a quemado, tía.
-¡Ya lo sé!- Puso una mano encima de su cabeza.

Vi unas crepes que se estaban quemando en la sartén, y un huevo medio quemado en el suelo junto a un plato roto.
Se veía claro que si no la paraba, iba a quemarnos la casa, así que inmediatamente la ayudé.
No sirvió de nada. Quemé el resto de crepes que faltaban por hacer.
Miré a Marina, sin saber que hacer, así que finalmente bajemos a comprar croissants y unos zumos.
Al volver todos se habían levantado.

-Habéis dejado la cocina hecha un desastre chicas.- Nos miró Ana.
-Eh... ¡Fue Lucía! Yo me levanté y vi que est...
-¡¿Que?!- Interrumpí.
-¿Que de que? Bueno, vale, fuimos las dos.- Dijo finalmente poniendo los ojos en blanco, mientras se lanzaba al sofá.

Desayunemos, y poco después nos preparemos para ir vuelta a casa.
Recogí mis cosas y bajé dónde todos me estaban esperando para irnos.
Tardemos poco en llegar, Hugo dejó a cada uno en su casa, finalmente quedábamos los dos.

-Lucía, mis padres te quieren conocer.- Me lo soltó sin más.
-Oh... Bueno, claro.
-Sí, les he hablado muy bien de ti, y créeme te van a caer bien.- Dijo mientras llegábamos.
-Ya, bueno, ¿subes con migo a casa y te presento a mi madre ya que estamos?

Me guiñó el ojo mientras me hacía que sí con la cabeza.
Subimos a mi casa pero la puerta estaba abierta, al entrar estaba todo desordenado y roto.
Mamá estaba en el sofá llorando desconsoladamente.

-¿Mamá? ¿que ha pasado?
-Nada mi amor. No importa.- Dijo sonándose la nariz y quitándose las lágrimas con las manos.
-No mamá, cuéntame, ¡¿Que ha pasado?!.- La agarré de las manos y la miré a los ojos.

Ella miró a Hugo.

-Amh... Bu... Bueno, yo me voy, creo que.... Bueno he de irme. Nos vemos Lucía.- Tartamudeó en un principio.
-No, tranquilo, puedes quedarte.- Suplicó mi madre.- Hija, le pedí el divorcio a tu padre, no le pareció bien, se volvió loco e intentó agredirme...
-Mamá... Lo siento, perdón por no haber estado mamá...- La abracé.
-Bueno...-Dijo secándose las lágrimas nuevamente.- ¿Quien es este chico tan guapo?- Forzó una sonrisa.
-Es mi novio, Hugo.- Lo acerqué- Hugo, ella es mi madre Julie.
-Encantado Julie.
-Igualmente Hugo.- Le sonrío.

Nos quedemos con mi madre hasta la noche. Nos preparo la cena, el silencio reinaba en la mesa.

-Y... bueno, Hugo. ¿A que te dedicas?- Rompió el silencio al final mi madre.
-Pues, me he presentado a ser policía, estoy esperando aún que me llamen.
-Ah, bien... ¿Y como os conocisteis tú y mi hija?
-Eeeh.- Me miró Hugo incómodamente.
-Bueno, pues... Nos conocimos... ¿En el cine?
-Sí, en el cine.- Empezó a reírse Hugo.

Amor a última vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora