Capitulo 36

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Capitulo 36

Aquella mujer se vio obligada a sacrificar un ser importante, o tal vez no tanto para ella, pero si para Ten-ten. Jeis se encontraba vestida de seda cómoda en una muy fina habitacion, viendo cada eco de su embarazo mientras lloraba amargamente por un intercambio radical que cambio su vida atrozmente.

Sintió que valió la pena todo ese sacrificio, pero a la vez estaba inconforme por que sigue estando sola, con el corazón en la mano, el desierto que absorbe sus pensamientos, el mar de lagrimas que ahogan la pena del alma de aquella chica llena de dolor. Cerro los ojos, le levanto de la cama, camino hasta la ventana donde había un gran balcón, que daba a un jardín de la urbanización, miro el cielo gris, amenazando con una fuerte tormenta, mientras pequeñas gotas llenaban su bellos rostro, grito tan fuerte que sintió el alma salirse por la boca, gritando de dolor, a los cuatro vientos el dolor que sentía pidiendo, anhelando a los cielos que la llenasen de gloria, que se llevaran el sufrimiento que tenia manchado su noble corazón de mujer, traumada de tantas situaciones que ya no le cabían en la memoria. Respiro ondo, luego bajo la mirada y volvió a gritar, pro esta vez dijo algo alarmante para todos.

-¡¡Ayúdenme!!¡¡Por favor!!.-Decía mientras el cielo se estremecía, transmitiendo a los infinitos seres divinos que le dieran libertad a su alma, haciendo que la lluvia cubriera por completo su cuerpo, los estreñidos se hacían mas fuertes, potentes, los latidos de su corazón era débiles, sin energía para seguir implorando a los ángeles que la miraran y le dieran la mano de la esperanza divina.

Escucho una melodía retumbando en sus oídos, era un vecino, que acompañaba su histérica escena de sufrimiento. Aquel hombre tocaba con sentimiento, sin mirar a los cielos, ni ella, solo tocaba el violonchelo, sintiendo la conexión que tenia con aquel vivo instrumento acompañante de sus desgracias y alegrías.

Aun llovía, dejándose llevar por las gloriosas notas de aquel fabuloso instrumento su furia e ira, fueron disminuyendo a grandes escalas, entro en un estado de relajación mental que creyó que estaba alucinando cuando el sol comenzó a salir por el oeste de su ubicación. Se lleno de la potente e imponente energía del astro sol, descargando su vida, volvió a cerrar los ojos y comenzó a bailar en el espacio que tenia, sentía el viento envolverla, la brisa del sur entrar por sus poros, dándole fuerzas para seguir luchando. Cuando el hombre dejo de tocar el instrumento suavemente, se había acabado la melodía y la lluvia, ella se detuvo quedando de espaldas hacia el, sus ojos profundos como el océano, su cabellos claro, piel blanca, bellas facciones, romántico, sensible por la música de fondo, mirada destructora, asesina, de carácter fuerte, con precisión, determinada, el chico se encontraba sentado en una silla blanca, con el instrumento entre sus piernas, mirándola con perdición y algo de interés, pero luego de una intensas y fugases miradas el se fue, cerrando la ventana de su balcón, dejándola confundida e hipnotizada.

Jeis, se dio un baño, comió y se sentó a ver las noticias, de pronto tocaron el timbre, y se sobresalto se levanto y fue abrir, pero cuando lo hizo su sorpresa fue mucho mayor, era el chico que tocaba el instrumento, se miraron sin despegar sus ojos del otro, el rompió el silencio.

-Eres nueva aquí, ¿No es cierto?.-Dijo el con voz grave, suave, algo profunda, pero muy varonil. Jeis, sintió que se corto la comunicación, pero tomo valor y respondió.

-Si.soy nueva-Dijo detallando al chico, quien traía una camiseta blanca, dejando ver sus fornidos brazos, y un pantalón negro intenso, sus cabellos claros y sus ojos brillantes, el le sonrió y ella se derritió, sonrojándose mucho.

-¿Cómo te llamas?.-Dijo el mientras le extendía la mano.

-Jeis,...-Dijo ella, tomándole la mano con seguridad, cálida pero electrizante sensación que ambos sintieron, mirando sus manos y luego sus desbordantes ojos, ambos estaban sorprendidos, y sonrieron y ella pregunto.-¿Cuál es tu nombre?.-Dijo abriendo un poco mas la puerta, para estar mas cómoda. El sonrió y acaricio la mejilla roja de la chica.

CON TEN TEN

-Firme aquí señora.-Decía un hombre entregándole un papel a Ten-ten, ella lo firmo sonrió, le dio la mano al señor y salió de la estancia.

Mientras ella se retiraba ahí estaba Kankuro, sentado negándose a firmar esa hoja, que lo separaba de la mujer que una vez amo con tantas ganas que no sabia como explicárselo, pero la tentación lo atrapo y no pudo evitar enamorar a Jeis. Después de un largo interrogatorio, debate y enfurecimiento de parte de ambos hombre que se encontraban ahí, firmo con resignación a no volver a verla. El sabia que era su culpa, por cometer errores, y no saber pedir perdón como le había pedido Gaara a Sakura, su orgullo era tan inmenso que no le permitió ir mas allá de un Lo siento, no volverá a ocurrir.

Salió furioso de ahí, prendió su Lamborghini Diablo, haciendo arrancar el motor con ira, arranco a toda velocidad, por las peligrosas carreteras de la ciudad, tomando las estrechas curvas, faltando la autoridad de los semáforos, mientras pensaba en acostarse con una de las mujeres de aquel lugar que visitaba constantemente, estaba enviciado al sexo extremo, al sufrimiento de las mujeres en la cama, sonrió mientras se imaginaba la chica morena con la que siempre se acostaba gimiendo, gritando su nombre, e implorando mas placer, mas dolor, mas de el. Pero el destino actuó y el no se dio cuanta de lo que estaba a punto de pasar.

A unas 2 cuadras antes de llegar a aquel lugar, aumento mas la velocidad pero al pasar una encrucijada de 4 esquinas, salió un camión de carga del lado donde Kankuro estaba manejando, llevándose el carro, Kankuro solo vio las luces y los sonidos sordos del mundo que lo abandonaba a cada segundo de este accidente, en instantes conoció la muerte, la rozo con los dedos, recordó los ojos miel de Ten-ten mientras sonreía y cocinaba para el, la mirada de tristeza de Sakura cuando la vio por primera vez, la pelea de Gaara con Sasori por Sakura, luego Jeis y el niño que era su sangre, y por el se había divorciado de Ten-ten, por que ella había adoptado al pequeño sin su permiso, intentando golpear a Ten-ten por una decisión, todos esos momentos giraron tan rápido en su mente que cerro los ojos y se despidió del mundo, de su realidad, dando paso a un nuevo mundo, una nueva vida, sin dolor físico, el auto llego lejos, volando por los aire, chocando con un edificio y al caer una parte del vehículo comenzó a incendiarse poco a poco. Las luces se apagaron, las gente corría, llamando a emergencias, el miro a su alrededor y no vio a nadie conocido, pero sintió cuando lo sacaban debajo del auto. Vio todos los paramédicos en su entorno y cerro los ojos aun seguía vivo, pero ya nada tenia sentido.

Perdona si te Amó (GaaSaku-ItaSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora