Diez años para un Dios eran sólo como un simple suspiro, algo tan efímero como lo era la vida de una rosa que florece y se marchita, pero eran esos los años desde que Thor había visto por última vez los ojos verdes de su hermano. A lo largo de sus más de mil quinientos años de vida nunca imaginó que diez años serían tan largos y dolorosos, ahora era un Dios solitario, después de la batalla que tuvo con Thanos ya no le quedaba nada.
Claro que tenía a los Vengadores o al menos a los que quedaban y la mitad de su pueblo que pudo salvar, pero no tenía a su hermano, aquella persona que a pesar de haber sido un tipo engañoso y traicionero seguía siendo su hermano, y que se había sacrificado por una oportunidad para acabar con Thanos. No entendía, como era que siendo Loki tan listo hubiera hecho algo tan idiota, pero se odiaba a él mismo por no haber hecho nada, solo pudo observar como Thanos le arrebataba lo último de su familia.
—Thor — la voz del capitán lo saco de su ensoñación, habían recibido una alerta de una amenaza química en Francia, en realidad la ayuda de Thor no era necesaria, con Wanda, Natasha, Stark y Steve estaban más que cubiertos; pero desde que había tenido aquel sueño el presentimiento de que lo mejor era estar con sus amigos era muy fuerte, algo en su interior le estaba diciendo que debía estar con ellos, así que pedía estar en todas las misiones que fuera posible.
—¿Sí, Cap? —Steve era un buen hombre, así como el mismo Thor, el Capitán había perdido mucho, quizá por eso era por lo que le tenía cierta admiración, porque a pesar de no tener casi nada a lo cual atarse al mundo, seguía firme en sus ideales, en cambio Thor solo era un triste molde de su yo anterior.
—Nos están esperando — le recordó, Steve. La misión resultó ser un éxito, por lo que decidieron que era buen momento de tomar algunos tragos para así brindar por su victoria y conmemorar a sus amigos caídos de hacía diez años.
A pesar de que en el cielo se lograban vislumbrar las estrellas, corría un gélido viento que provocaba una especie de nostalgia en Thor que hacía mucho no sentía, quizá era por ser el décimo aniversario o solo era la ciudad en sí. Los cinco superhéroes se dirigieron hasta un bar, que según el hombre de hojalata era muy bueno, y que esperaba Thor que al menos lograra hacer que se sintiera un poco mejor, pero antes de entrar Steve había cambiado de dirección.
—Claro, déjame hablando solo — la voz de Stark reclamando, hizo que por fin Thor fuera consciente de su alrededor, Steve se estaba quitando su abrigo mientras se acercaba a un niño, el pequeño se encontraba sentado en el suelo, apoyado sobre la pared de un local buscando calor, solo vestía un vaquero ya muy sucio y viejo, junto a una playera verde que estaba un poco rota y no llevaba zapatos. Debido a lo fría de la noche el pequeño temblaba.
El corazón de Thor dio un vuelco, porque una vez que el capitán le había puesto su abrigo al pequeño, le pudo ver el rostro, su piel era blanca como la nieve de las montañas de Jotunheim, el cabello azabache enmarcaba el rostro del pequeño y unos ojos verdes se iluminaron al ver a Steve, quizá por aquel acto de gentileza.
Era él, era su hermano, era idéntico a Loki cuando tenía diez años, sólo tenía que tocarlo para estar seguro.
Las piernas del Dios lo llevaron justo detrás de Steve, su vibrante aura provocó que el pequeño girara su rostro a él, y cuando los esmeraldas chocaron con los zafiros lo supo, Thor, ese pequeño niño era su hermano.
—Loki — Steve se giró a ver al hombre detrás de él, miró como su mano estaba por tocarlo, pero algo dentro de él le obligó a detener al Dios.
—¿Thor? —El mencionado se giró a ver a Steve con cierto enfado, pero desistió su intento de tocar al infante y seguir embelesado con el niño.

ESTÁS LEYENDO
Una Oportunidad Más
Fiksi PenggemarEse sueño le daba a Thor una oportunidad más de ver a su hermano. Comentarios del Autor: La historia está ambientada 10 años después de los sucesos de Infinity War (Universo cinematógrafo de Marvel), pero inspirada en el capítulo de Thor #617.