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Las caricias provenientes de unas suaves y frías manos lo despertaron, lo primero que visualizaron sus ojos en medio del ensueño fue una mujer, la cual sin pensarlo se deslizó arriba de él, poniendo cada una de sus piernas a los lados de las caderas del Dios, las caricias descendieron sobre el abdomen del contrario, deteniendose justo al borde de la ropa interior.

—Jane —murmuró Thor, al reconocer el castaño cabello de la mujer que caía como cascada a los lados de su rostro, al escuchar como la llamaba la mujer sonrió, para así mover sus caderas contra las del rubio, provocando que volviera en sí —¡No eres ella! —Gruñó, ahogando un suspiro de placer al sentir como aquel movimiento estaba provocando que despertara una erección — ¡Loki! — No podía equivocarse, ese tipo de truco solo los podía hacer su hermano.

La mujer sonrió más abiertamente para así disolverse, luciendo ahora con el cuerpo masculino, pero delgado, cabello negro como el azabache y la piel tan blanca como las montañas de Jotunheim, mirándole con su ya muy característica sonrisa torcida.

—Has tardado en darte cuenta, hermano -el hombre se inclinó hasta juntar su boca contra la del Dios, quien no dudo en corresponder al beso, pero muy dentro de su subconsciente algo lo despertó. — Eres tan torpe — exclamó el Dios de las mentiras sobre los labios contrarios.

—No.

El hombre azabache sonrió antes de desvanecerse, el Dios volvió abrir los ojos encontrándose con el blanco techo de la habitación de la base.

—¿Qué te pasa Thor? — se regañó, sentándose en la cama tratando de tranquilizar su mente que estaba hecha un desastre. La puerta se abrió de pronto, mostrando al niño Loki —¿Qué sucede? ¿Tuviste malos sueños? — cuestionó el Dios rubio a su visitante.

—Sí — el infante llevaba en su mano abrazando el muñeco del arquero, vestido solo con su pijama, Thor recordó las noches en que su hermano se colaba a su habitación porque tenía miedo, justo como en esos momentos.

—Ven aquí —Lucas obedeció, una vez que estuvo en la cama, se metió bajo las cobijas para así abrazarse a su muñeco —Tranquilo, todo fue una simple pesadilla — tranquilizó el Dios al niño mientras su grande mano acariciaba el suave cabello negro.

—Thor.

—¿Sí? — pero Lucas no respondió, se quedó profundamente dormido, con una mano alrededor de su peluche y la otra aferrada a la camisa de la pijama del rubio.

Quizá pasaron horas en las que el rubio miró con tal adoración al niño hasta que por fin el sueño lo venció.





Después de la discusión que había tenido, la tensión entre los Vengadores era demasiado palpable, al punto en el que preferían estar en misiones que en la base. Natasha y Steve eran los más ocupados, y quien más parecía resentirlo era Lucas, que se encontraba cabizbajo la mayor parte del tiempo.

Por otra parte la persona que se encontraba más calmada con el asunto de la discusión era James, ya que aunque no se encontraba a favor de ningún lado, tampoco lo podían odiar del todo.

—Entonces ahora eres mi guardaespaldas —. Por lo que al ex soldado se le confió una misión un poco más complicada.

—No puedo evitarlo, Tony me lo pidió — respondió el castaño.

—Al menos tú eres más agradable — confesó el Dios mirando al castaño dar vueltas en la cocina.

—Gracias — Bucky se había vuelto su sombra y era el único con quien Thor se sentía cómodo, después de todo, no se interponía en su interacción con Loki.

Una Oportunidad MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora