Terraria "La historia de un héroe"

Capítulo 8 "Una visión de otro mundo"

Esta noche parece ser especial, no sólo porque tu arduo día de trabajo te ha permitido conseguir tu preciosa casa, sino que este momento que se ha estado reservando desde hace unos días. Esa sensación de estar siendo constantemente observado se ha ido, todo está en calma y la noche parece estar tranquila. Pero no es momento de bajar la guardia, un mensaje nuevo que nadie puede explicar ha aparecido y eso sólo te confirma que ese miedo de estar siendo vigilado por un ser desconocido no fue un producto de tu imaginación o del cansancio.

Como todo un profesional, comienzas a hacerte una nueva armadura de oro cuyas estadísticas son visiblemente mejores. La sensación de victoria te recorre todo el cuerpo, este mundo simplemente te ha demostrado que debes ganar o morir, pero con tu nuevo equipo no parece haber un límite posible. Cuando miras a tu alrededor notas que esta noche tiene algo peculiar, no hay ningún enemigo fuera de casa.

No es necesario estar en el exterior por ahora, así que decides revisar y actualizar tus armas y municiones, empiezas a comparar las cosas que tienes con las que el guía te recomienda y ves que las flechas de fuego son una mejor opción que las normales, y los límites de la realidad te permiten crear cosas como flechas tan frías que queman. Todo es gracioso pero al mismo tiempo, empieza a perder el sentido de lo bueno y se vuelve cada vez más oscuro y amenazante.

Pasada ya una hora, lo sientes venir; no sabes exactamente qué es eso, pero se acerca rápidamente y sabes que viene a por ti ansioso por hacerte daño. Todo se confirma cuando aparece un nuevo mensaje.

El ojo de Cthulhu ha despertado.

Al salir fuera de casa, a pesar de que estás destellando una valentía única y resplandeciente, lo que ves es tan terrible que te hace perder las esperanzas de victoria. Frente a ti se encuentra, flotando en el aire, un ojo gigante, observando impasible con su enorme córnea azul que reflejaba el débil brillo de la noche. Dentro de esa enorme mirada estás tú siendo torturado y ejecutado de las maneras más despiadadas e inenarrables que alguien pueda idear. Hasta cierto punto es poético, pero también es horrible desde todas las perspectivas desde donde mires. La paz del momento se rompe cuando ese enorme globo ocular se lanza al ataque, tú ágilmente lo esquivas y comienzas a correr evitando que siquiera te pueda alcanzar; con una velocidad increíble este ojo te persigue como si no quisiera perder detalle de ti y, de alguna manera, de ese misterioso ojo gigante brotan más ojos pequeños que se acercan por mas de una dirección. Todo se resume en que debes atacar ahora mismo.

¡Comienza la batalla!

Los movimientos rítmicos de este ojo son muy intuitivos y te permiten moverte sin ser tocado, de igual forma, los pequeños ojos son muy débiles y mueren de sólo un golpe. Tus flechas de fuego parecen ser lo suficientemente fuertes como para asegurarte una victoria más temprano que tarde. De momento todo parece estar bien pero algo que te desconcierta es ver cómo la sangre palpita en las voluminosas venas de ese ojo; aunque su mirada parece decaer mientras tu victoria se hace cada vez más evidente.

¿Felicidad?

Esa es posiblemente la palabra que describe el sentimiento de ver que tus días de trabajo han dado sus frutos y que, a pesar de la situación, estás saliendo victorioso de todas las situaciones difíciles que este mundo manda exclusivamente para ti. De un momento a otro, la sonrisa se borra de tu cara y de golpe ese miedo firmemente regresa. El ojo, que no para de sangrar, se detiene en el aire y comienza a girar compulsivamente, como si estuviera a punto de morir o algo similar, pero algo muy alejado de la realidad ocurre. La pesada mirada muere, pero no de la forma que esperabas, sino que el ojo se deshace de su pupila para dejar ver una serie de afilados dientes en lo que ahora es una boca monstruosa, y de ésta surge un rugido mortal que alcanza a resonar en todos tus huesos.