Ambos cuerpos se acercaban con una necesidad verosímil. Los tonificados músculos del moreno se contraían en cada roce contra aquella piel rosácea. El deseo se arremolinaba en cada beso, en cada suspiro desesperado que arrancaba de esa boca hinchada por sus besos. La suave y lustrosa melena castaña rojiza, cayó en cascada hacia atrás, cuando él la aparto lo suficiente para que aquel pecho tembloroso fuera víctima de sus dientes que no dudaron en pellizcar la punta de aquel pezón y jalarla hacia el mismo. Estaba sediento, una sed que jamás en su vida había sentido. Su dura virilidad palpitaba bajo la diáfana tela de sus bóxer.
- Fayry...El nombre de la joven floto de sus labios en un tono obsceno y solo había pronunciado su nombre. Las mejillas de la muchacha se encendieron como dos antorchas en la penumbra de la noche. En sus ojos el joven hombre encontró lo que había extrañado tanto. Esa candidez, ese deseo y picardía fundido en aquellos ojos que amaba. Ese amor que alguna vez le profeso. ¡Dios y hasta podía hacerlo llegar con solo someterse al escudriño de esa mirada! Ni un adolescente duraba tan poco...
El sudor cubría con una fina capa el cuerpo esculpido del joven moreno. Matt despertó febril, con las sabanas húmedas y con una erección monumental que punzaba desde los pantalones deportivos que llevaba. De su pecho descubierto las gotas bajaban sin prisa, delineando cada porción de esa tableta de chocolate que se perdía en la línea en v perfecta de sus caderas. Solo en aquella enorme cama contemplo el suave resplandor de su reloj de mesa. Lanzo un suspiro frustrado a la nada misma. Una vez más, las caricias de su novia desaparecían al llegar la mañana.
La extrañaba, la extrañaba tanto que le producía un dolor físico. Todos los días despertaba sintiéndose devastado. No importa que tan bueno fuera el sueño. La realidad lo golpeaba como un balde de agua congelada en pleno invierno. Ni siquiera el suave aire veraniego podía calmarlo. Una y otra vez revivía los momentos que había pasado con la dueña de sus suspiros. En su mente estaba ella, en su alma estaba ella. En su corazón estaba ella, incluso en sus sueños ella estaba. La había cagado, perdiendo al amor de su vida de la forma más estúpida posible.
El pesar era tan enorme en su pecho que a veces solo se encerraba a llorar por largas horas en la oscuridad de su habitación. No es algo que admitiría a la ligera, que cada día era más doloroso que el anterior. Se levantaba con la esperanza de que esta ves si lo recuerde, pero, al mismo tiempo tenía un miedo terrible. Si no lo recordaba podía llegar a tener esa esperanza de volver a reconquistarla.
Aunque eso en este momento lo veía muy lejano. En algún momento fueron cómplices, fueron amantes, pareja, compañeros hasta de trabajo. Extrañaba sus risas, sus bromas, extrañaba hasta sus enfrentamientos en el ring. Nunca iba a conocer a otra chica como ella. No existía otra chica como ella. ¿Por qué es que no aprovecho la oportunidad única que le dio la vida? Una vez más las lágrimas ruedan de sus mejillas. Le da un puñetazo al aire mismo, sintiéndose miserable por dentro. Se mantuvo unos momentos regodeándose en su miserable existencia para luego enjugarse las lágrimas y abandonar las sabanas que se habían adherido a su cuerpo como otra fina capa de piel.
Se despojó del pantalón y los bóxer y entro en la ducha. La lluvia de agua fría golpeo contra su maciza anatomía. Respiro profundamente cerrando los ojos. Apoyo las grandes y callosas manos contra el linóleo, esperando que de alguna manera pudiera con ese simple acto alcanzar la silueta de esa mujer que a veces pensaba que solo era parte de un sueño.
- ¿Fue real Fayry verdad? ¿fuimos parte de un todo verdad? Tu y yo, un equipo imparable, tu mi compañera, mi mejor amiga, mi mujer, mi amor mi todo y yo... ¿te sostuve verdad? ¿yo te escuche pronunciar con esa preciosa boca tuya que me amabas? ¿verdad? Yo conozco cada uno de tus suspiros cuando llegas, yo y solo yo, se de esas sonrisas devastadoras, de aquel lunar perdido en tu muslo derecho, yo fui y sigo siendo tuyo, yo te sigo llevando en mi piel, eres más que un tatuaje en mi alma, estas grabada a fuego ahí...
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Don't Remember
FanfictionLas cosas iban de mal en peor, la ultima palabra que escucho de su amada antes de cerrar la puerta fue, si te vas, no esperes que este aquí para ti. Claro el joven Matt Ortega jamás se imagino que esas palabras iban a ser las que sellaran su destin...