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Limpió las palmas de sus manos con sus pantalones y prosiguió a alisarse el cabello hacia un lado. «Va a salir todo bien», se repitió una y otra vez Thomas frente al espejo.
— ¿Qué diablos estoy haciendo?
Exacto. Él accedió a ir a la estúpida fiesta.
El timbre sonó y fue lo único que provocó que Thomas se aleje del espejo y baje las escaleras a la primera planta. Suspiró agotado ante tal esfuerzo físico.
Abrió la puerta y sonrió al ver la muchacha que se cruzaba de brazos frente a él. Llevaba una peluca negra que caía como una catarata llana hasta unos centímetros sobre sus hombros. El flequillo hacía que sus ojos oceánicos resaltaran más que antes. Lucía estupenda.
— A que no adivinas quién soy.
Thomas chasqueó la lengua luego de echar un vistazo a la camisa holgada de color blanca que formaba parte del disfraz de Kaya. Por supuesto que él adivinó.
— Eres Edna Moda, ¿cómo no saberlo? —bromeó el rubio y esquivo el empujón que Kaya había planeado asestar con una carcajada —. Mentira, señorita Wallace. Adelante, pase.
Kaya ingresó a la casa, la cual tenía las luces apagadas a pesar de que ya bordeaban las 7 pm.
— Algo me dice —articuló la muchacha mirando de un lado a otro entre la penumbra —, que el señor y la señora Sangster no están en casa.
Thomas encendió las luces y descolgó sus llaves del perchero a un lado de la entrada.
— Qué observadora.
Kaya encorvó los hombros y se sentó en el brazo de un sillón.
— ¿Y de quién se supone que estás disfrazado tú?
Thomas echó un vistazo a su ropa y se quedó estático.
— Pero si soy el Doc de "Volver al futuro".
— Cierra la boca, pareces un vago. Al menos te hubieras disfrazado del otro personaje ese, el que lleva un chaleco salvavidas
Thomas acomodó su peluca blanca. Cierto, hasta por Albert Einstein se podría hacer pasar.
No tomó mucho tiempo hasta que al fin se cambió el disfraz al que su amiga sugirió dando muy malas pistas. Bebieron un poco de agua y se burlaron de algunas fotos familiares colgadas en las tersas paredes de la sala.
Salieron a la calle y condujeron en el jeep de éste. Era una carcacha color azul que su madre le regaló dos años antes. No era el mejor auto pero al menos le servía para ir a la escuela y no tener que caminar, duh.
Al llegar al estacionamiento de la escuela todo fue muy nuevo para Thomas. Las decoraciones en alusión a Halloween eran espléndidas. Varios compañeros de clase iban con disfraces originales y se reunían en la entrada de la escuela para ingresar majestuosamente.
— Me alegra que estés aquí, Tom —dijo Kaya sonriéndole de oreja a oreja. Abrió la puerta del copiloto y bajó de un salto.
Thomas la imitó y por primera vez en su vida tuvo el leve presentimiento de que no todo saldría muy mal después de todo.
Puso un pie en la entrada y a la primera persona que divisó fue a la que más miedo de ver tenía.
Isabella llevaba un traje de la Mujer maravilla. A su lado había un par de chicos hablándole al oído y susurrando cosas que obviamente Thomas no podía percibir. La pelirroja se llevaba un panquesito a los labios y lo mordía seductora. El británico suspiró.
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Reflections © | Dylmas
FanfictionDonde Thomas Sangster se cree hetero y está enamorado de Isabella Melling, y Dylan O'Brien, el chico popular, le enseña a cómo ser un galán y conquistarla. Pero, querides amigues, éste es un fic Dylmas y nada sale como parece... "He knew too much ab...