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Se acomodó en el asiento de copiloto y se puso de espaldas contra la ventana para mirar directamente al chico que conducía.
— N-nos disparó... Alguién debe estar herido... Yo... Kaya... La policía.
Dylan miró de reojo a Thomas, quien parecía estar a punto de tener un ataque de pánico. Él también estaba asustado pero no era tan evidente, tal como el rubio estaba haciéndolo en aquel preciso instante.
— No, Thomas, nadie está herido —replicó el castaño mientras giraba en una curva —. Ese lunático no sería tan estúpido de dispararle a cualquiera de nosotros habiendo tantos testigos que saben dónde vive.
Thomas guardó silencio unos instantes. Tragaba aire por la boca como si cansado de correr una maratón estuviera.
— ¿Y si era alguna especie de narcotraficante que tomó la casa abandonada para esconderse? ¡Podría matar y escapar al instante!
Dylan chasqueó la lengua. Al parecer estaba reconsiderando la teoría que el rubio le planteó. Al cabo de unos instantes reaccionó que aquello sonaba surrealista y solo un melodrama más en toda la noche.
— Traía una escopeta, no algún revolver. Los narcotraficantes no son de usar armas así de pesadas... —titubeó.
El rostro de Thomas era una completa paradoja.
— ¡Son narcos! ¡Tienen de todo!
El castaño volvió a concentrarse en la autopista por la que conducía. Thomas se sentó erecto.
El silencio lo estaba ahogando, y aquello hacía que su mente no dejara de plantear miles de ideas. Hasta que al fin Thomas recordó otro maldito problema.
— Mierda, ¡se robaron mi auto! —recordó airado.
Dylan le echo otro vistazo a su acompañante y frunció el ceño.
— ¿Cuál de todos?
— Joder, ¡el jeep azul!
— Ah, la carcacha.
Thomas bufó. Solo él tenía el derecho de llamar carcacha a su auto.
— ¡Todo esto es culpa tuya!
Dylan seguía manejando en círculos y no se había percatado. Los nervios estaban ganando, y peor aún teniendo a aquel histérico chico a su lado que no hacía más que empeorar las cosas.
— ¿Qué? ¡Claro que no!
Thomas repasó en su mente toda prueba alguna para poder culpar a Dylan O'Brien de la desastrosa noche que tuvo.
«Lleven sus fantabulosos disfraces cuando la luna se estacione en el firmamento», recordó las palabras que soltó el castaño a través de los parlantes de la escuela una semana atrás.
Thomas llegó a la conclusión de que todo era un mensaje encriptado o algo por el estilo. Seguro esos disfraces se referían a sus verdaderos yo; y lo de la luna en el firmamento, a la medianoche. Es decir, el bullying programado para Jacob estaba planeado, y Dylan pasó la voz y el rubio nunca lo había imaginado.
— ¡La luna se estacione en el firmamento, lleven sus fantabulosos disfraces! —remedó Thomas cruzándose de brazos —. Tú organizaste la "broma" a Jacob y la hora en la que ocurriría —enfatizó la palabra broma con un grito.
Dylan detuvo el auto en seco. Ya comenzaba a hartarse. El cuerpo de Thomas se balanceó hacia adelante pero pudo sostenerse de su asiento para no golpearse contra el parabrisas.
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Reflections © | Dylmas
FanfictionDonde Thomas Sangster se cree hetero y está enamorado de Isabella Melling, y Dylan O'Brien, el chico popular, le enseña a cómo ser un galán y conquistarla. Pero, querides amigues, éste es un fic Dylmas y nada sale como parece... "He knew too much ab...