Cap. 10 - El Consejo

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—¡Esto es tan emocionante! —Chillo de emoción la pequeña hada azul, Flittle.

—Debemos comportarnos, esto es muy importante —Dijo Knotgrass, el hada rosa.

—¿Por qué creen que nos esté llamando la reina Aurora? —Interrogo la pensativa hada verde, Thistlewit.

—¡No lo sé chicas! Pero apresuren esas alas y vamos, no queremos llegar tarde.

El trio de hadas voló con prisa en medio del bosque. Querían ser las primeras en llegar al castillo, después del llamado. No tuvieron los detalles cuando los pidieron, solo que era algo importante. Ninguna comprendió de que se trataba hasta que llegaron al gran salón en donde encontraron a otras criaturas esperando alrededor de una mesa. Balthazar estaba allí, junto con otro duende que no dejaba de mirar alrededor viendo maravillado el interior del palacio. Diaval se encontraba de pie mirando a todos con una sonrisa asegurándoles que, en cualquier momento, Aurora entraría por esa puerta.

La reina Aurora ya se encontraba lista. Incluso antes de que comenzaran a llegar, sin embargo, no dejaba de mirar el cielo por la ventana de su habitación, esperando la señal de alguna sombra o de cierta hada que había desaparecido muy temprano por la mañana. Tomar decisiones que involucren la seguridad del bosque mágico, no era fácil. Maléfica lo defendería con todo lo que tiene, y pensó, en que la unión hace la fuerza. Si ella lograba convencer a la mayoría de las criaturas que ayudar a los humanos con los recursos del bosque era una buena idea, Maléfica no tendría más que aceptar.

Se canso de esperar, podía escuchar las voces de los demás esperándola en el gran salón. Maléfica, tal vez no vendría hasta la noche así que era mejor que se adelantara antes de someter a todos a un enfrentamiento con el hada. Bajo las largas escaleras en caracol arrastrando su vestido lila, sus risos resaltaban con la corona de flores en su cabeza, a medida que daba sus pasos escuchaba las voces cada vez más cerca hasta que las puertas se abrieron y todos notaron su presencia.

—¡Oh, mira, mira! ¡Ya llego!

—¡Compórtate Flittle! —Reprendió Knotgrass—. Su alteza —Hizo una reverencia y todos la imitaron.

Aurora se sintió intimidada y les pidió que no era necesario. Los invito a todos a tomar asiento en la mesa redonda de madera, dejando servida frutas, tarta y dulces flores para que todos estuvieran cómodos. La intriga de conocer el motivo por el cual su presencia era solicitada era palpable entre las curiosas criaturas. La reina lo podía notar a simple vista. También notaba el puesto vacío en la mesa, ese que era para Maléfica, pero la invitación no le llego a tiempo.

—Los he invitado hoy, ya que necesito su ayuda. —Los murmullos no se hicieron esperar—. Ustedes me escogieron reina del Páramo, y tengo un deber con ustedes.

—¡La mejor reina que tendremos! —Chillo Flittle, ganando el siseo de sus hadas compañeras mandándola a callas—. Ops, lo siento —Coloco sus pequeñas manos en su boca guardando silencio.

—Yo no soy una criatura mágica, aun así, ustedes me aceptaron. Yo, soy solo una simple humana con amor hacia todos ustedes, pero desde hace un tiempo, no puedo ignorar lo que está pasando en el reino de mi padre. —De nuevo los murmullos y la incertidumbre entre las criaturas—. El reino de mi padre, está en ruinas. Necesita ayuda, y he pensado en que puedo ser el puente que una a los dos mundos. Los humanos y las criaturas mágicas, siendo una sola. Que dejen de ver el Páramo como una amenaza, que exista alianza, respeto y respaldo entre todos. Podríamos abrir una vía de ayuda para ellos. Y que así, puedan estar mejor.

—¿Eso significaría, más humanos en el Páramo? —Pregunto Thistlewit.

—No —Interrumpió Diaval—. Significa, que el Páramo ayudaría al reino de Aurora, porque ese también es su reino.

Maléfica : Robaste lo que quedaba de mi Corazón [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora