Cap. 13 - Oscuridad

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El bosque de nuevo se consume por la oscuridad. La noche cayo, pero no había estrellas en el cielo, tampoco luciérnagas. Las pequeñas criaturas mágicas observaban como algunas flores se marchitaban y a las rosas le crecían más las espinas.

El castillo del Páramo estaba oscuro, desprendiendo un aura tan perversa como triste que el bosque se llenó de melancolía. El graznido de Diaval se escucha en la habitación en donde el cuerpo de Maléfica esta tendido. Los ojos negros del cuervo miraron con curiosidad al hada que empezó a reaccionar.

Movió sus dedos por inercia, luego se quejó de dolor encorvándose en el suelo. Diaval agito sus alas ansioso por verla de pie, pero Maléfica se quedo allí hasta que el dolor en su estómago paso y pudo abrir los ojos soltando una bruma mágica de color esmeralda con pequeños destellos dorados.

Un sorprendido Diaval retrocedió moviendo su cabeza de ambos lados tratando de tener un mejor ángulo de su señora. Maléfica levanto sus manos encontrando que las yemas de sus dedos ahora estaban oscuras por una tinta negra que amenazaba por ir extendiéndose por todas sus manos. Sacudió sus dedos realizando un pequeño movimiento mágico reconociendo su nuevos destello esmeralda y dorado.

¿En qué me he convertido? Pensó Maléfica al verse en el espejo, ese nuevo reflejo. Con sus ojos cubiertos por una sombra negra y sus ojos al igual que su magia, tenían un destello dorado.

Permaneció sentada en el suelo moviendo sus dedos jugando como su magia igual que cuando era solo una niña. Aquello la hizo darse cuenta de que hacía mucho no pensaba en su niñez, en ese momento de su vida en que nada dolía. Donde todo el mundo estaba lleno de preciosos colores y exquisitos olores, y ahora...

La chispa de magia se esfumo entre sus dedos. Levanto su rostro y de nuevo vio su reflejo, eso fue lo que quedo de ella. El hada más poderosa del Páramo, derrotada por la traición de una humana.

Maléfica se colocó de pie. Se lleno de furia, sin darse cuenta de que sus dedos se volvían más oscuros cada vez que se llenaba de ese sentimiento. Algo moría en su interior y ya no importaba. Diaval aleteo con desespero buscando que lo transformara en su forma humana, pero lo ignoro.

Fue hasta la ventana, viendo una vez más el Páramo empañado por el mismo dolor en su corazón. Es inevitable, su ser está ligado al bosque; es parte de ella y parte de él. Aurora se marchó sin explicación y esa seria la última vez que sabría del bosque mágico que conoció. Se dio vuelta saliendo de la habitación caminando por la penumbra del castillo arrastrando sus pesadas alas por el suelo de piedra. Maléfica ignoraba el graznido de Diaval, no tenia claro el rumbo que tomaría, pero deambulo lo suficiente por el castillo hasta llegar a la torre más alta justo viendo el sol naciendo con esos tonos naranjas y amarillo iniciando un nuevo amanecer.

Desde la ventana logró ver una nube de polvo que se levantaba. Maléfica entrecerró sus ojos para ver con mayor claridad, sus labios se separaron y sus cejas se arquearon un poco al ver de que se trataba. De nuevo Diaval, aleteo alrededor de ella, esta vez golpeando con su pico los cuernos de Maléfica dispuesto a que lo escuchara.

—¡Bien!

El hada hizo un movimiento de sus dedos y Diaval cayo al suelo convertido en su forma humana. Sorprendido, toco su cuerpo comprobando que era real y levanto su ojos negros:

—¡Mi señora!

—¿Qué quieres? —Sus ojos brillaron al abrirlos.

Diaval se coloco de pie viendo lo mismo que Maléfica observo por la ventana, tropas humanas se dirigían galopando hacia el Páramo.

—Son humanos, vienen del reino de Aurora.

—¡No menciones ese nombre aquí!

—¡¿Qué?! No, no, mi señora, escúcheme...

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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Maléfica : Robaste lo que quedaba de mi Corazón [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora